LIBROS PARA TODOS

Wednesday, January 31, 2007

Amando en verso

 Querido diario:
 
 Es horrible cuando no tengo tiempo para viajar al siglo XXII y soñar de la mano de Yolanda. Es tremendo no conseguir un trocito de día para volar libre como una gaviota sobre un mar de papel blanco que pide a gritos palabras. Nuevas historias. Una poesía.
 
 Estos días estoy tan liada, que el siglo de Yolanda me queda lejos, pero se me acerca en mis carreras frenéticas detrás del último bus urbano que se me escapa y que me deja tirada en una calle llena de gente anónima. Todos andando. La escritora Smith también. Andando y dándome la lata. ¿Has visto lo bonitos que son los nuevos buses? Sí, muy bonitos. Me encanta el bus rosa. Empiezo a pensar que a mí también me gusta el bus pintado de rosa. Yolanda me arrastra hacia su siglo dejándome tirada en el mío. La empiezo a ver a ella en mi. Yolanda Smith. Me la imagino con un vestido rosa en el bus rosa. Un vestido de Raíña Yolanda. Sí, Yolanda, sí. Anda criatura, vete y no  me hagas recordar.
 
 Yolanda me comprende: sabe que yo le doy mi imaginación, puede que un día le dé mi cara pero no puedo entregarle mi vida para que la historie. Yolanda sabe que para mi la literatura es un sueño, una imaginación que vuela sobre mi Atlántico haciéndome soñar, arrancándome una sonrisa y hasta una carcajada. Eso es lo que le ofrezco a mis lectores. Sólo eso: imaginación en mi prosa y sentimiento en mi poesía. Perdonenme, pero no les puedo ofrecer mi vida; pertenece a mi privacidad.
 
 
Entre las nubes me siento
melena al viento a saltos
el cielo mis manos tocando
felicidad desborda mi ánimo.

Feliz en mi montaña ilusa
mullido colchón césped cima
saltos amortigua en la caída
vez tras vez impulsa ritmo.

Despierta naturaleza dormida
se suman a mi fiesta con ruido
imponen dulce canto pajarillos
continuo mi baile en la cima.
 
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Saturday, January 27, 2007

Amando en verso

 Querido diario:
 
 Hoy no sé si estoy en el siglo XXI o en el XXII. No tengo ganas de meterme con Yolanda, de espabilarla, de enfadarme. Sí, diario mío, hoy tampoco quiero enfadarme. Ni siquiera quiero arrancarle una nueva poesía a Yolanda. Tengo prisa, me voy de viaje llevándome a Yolanda en mi piel a uno de esos viajes que tanto detesta. Yolanda rebusca entre sus cuartillas una poesía, yo la apuro. Es tan tarde. El tráfico, Yolanda. No hay tiempo para concentrarse en componer un nuevo poema.
 
 He encontrado éste. Yolanda piensa en quién se lo inspiró. No recuerda. Bueno, es igual, para hoy vale. El lunes habrá uno nuevo, dos, tres, infinitos poemas de Yolanda para regalárselos al viento y a lo que se llevó el viento.
 
 
Te quiero, me dijiste
escuchando en pregunta
formulé pregunta preguntando
¿Cuánto?
Contestaste en respuesta
Mucho
Insistí en cuantía preguntada
¿Cuánto?
La respuesta la misma casi
Muchísimo
Otra vez pregunté evaluando
¿Cuánto?
Tanto, me dijiste, infinito
¡Dímelo!
Una @ informática dibujaste
Me sentí... ¿cómo decírtelo?
Me sentí una @ enamorada.
 
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Friday, January 26, 2007

Amando en verso

 Querido diario:
 
 La mejor poesía de Yolanda nace de sus enfados. Me alegra comprobar que en el siglo XXII sigue siendo así. La escritora Smith ha empezado esta tarde escribiendo en gallego. Ahí van los genes, Yolanda; no lo puedes negar. Poema tras poema. Mira el reloj, recoge cuartillas, continua en castellano contagiada de épica. Hoy no caben los amores en sus versos. Se plasma la rabia, ese puedo y tengo que poder que me arrastra.
 
 Yolanda, Yolanda, Yolanda,... ¿por qué te cierran las puertas? No, no puedo permitirlo. Gritare a los cuatro vientos mi protesta. Romperé con mis manos las torres de los nadie que se coronan de miseria vendida como escándalo.
 
 No me vale el juego ni las reglas. Los primeros me asquean cada párrafo. Los últimos dijo Cristo que  primeros serán en el Reino de los Cielos. Otro engaño.
 
 Nos engañaste, Dios, y te lo digo. El Reino de los Cielos está en este mundo. En esos primeros que me asquean por la puerta que les abren sin merecerlo.
 
 Diario mío: ¿por qué Yolanda se ha exiliado de mi yo en su yo del siglo XXII? Me siento extranjera en su mundo de robots. En mi mundo me siento y soy paria. ¡Qué orgullo ser paria y no enchufada! ¡Qué valentía decirlo!
 
 -Gracias.
 -No me des las gracias, Yolanda. Soy yo la que tengo que decirte gracias siempre. Tú has sido mi salvación. Tú eres mi mejor yo.
 
 
Atardecía en atardecer continuo
tras las montañas sol escondido
lo miramos irse en venidas idas
vueltas a idas sin aún decidirse.

¿Lo ves? preguntaste en pregunta
Yo también lo veía pero lo temía
por naturaleza solar en mensaje
ora sol adiós ora corazón amor.
 
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Wednesday, January 24, 2007

Amando en verso

 Querido diario:
 
 Hay que ponerle una vela a Dios y cuatro al diablo porque cuando Dios te deja el diablo te ama. Yo siempre encuentro un diablo que me ame o que me tiente. No, Yolanda, tú no escuches mi soliloquio que te me asustas, chiquilla. Tú a lo tuyo: sigue con tus poesías y tus relatos. Aquí para dar guerra estoy yo.
 
 -Yo estoy haciendo lo que tú no haces.
 
 Yolanda me muestra mis periódicos salmón llenos de cálculos. ¿Cómo una poeta se va a ocupar de mis inversiones?
 
 -Trae para aquí.
 -Déjame a mí.
 
 Le arranco mis periódicos. Yolanda suspira. No quiere enfadarse porque está enamorada y teme asustar a su nuevo muso con uno de sus cabreos súbitos. A los hombres les gustan las mujeres dulces. ¡Pobre Yolanda! A ella la dulzura le dura poco: el tiempo de componer un poema y recitárselo a las gaviotas que se acercan a su ventana.
 
 -En el siglo XXII las Bolsas funcionan eficientemente. Le proporcionan unos ingresos justos a todos los ciudadanos del mundo. No hay hambre.
 -No me importa tu siglo XXII, vivo en el XXI.
 
 Y en el XXI nada es justo. El mundo es un asco.
 
 Yolanda Yolanda, Yolanda,...¡qué injusticia se está haciendo contigo! Yolanda, Yolanda, Yolanda,... no puedo permitir la injusticia. Yolanda, Yolanda, Yolanda,... recurriré al diablo si es necesario para elevarte al paraíso y decir que la escritora Smith existe y sólo yo puedo arrastrarla hasta este siglo nuestro. Yo, sí,... porque yo y ella estamos en un único yo.
 
 
Hoy eres el todo presente
en ti mi mundo es tuyo
en mi tu mundo es mio.

Hoy eres una real existencia
ilimitada en horizonte visto
deseada en libertad conjunta.

Hoy sin mañana contemplado
perspectiva sin sesgo futuro
en presente eres amor puro.
 
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Friday, January 19, 2007

El despertar de Eva

Querido diario:

La escritora Smith hoy está feliz. La felicidad es un minuto inalcanzable que se te escapa. Esta vez Yolanda ha agarrado en el desayuno el optimismo sin que se le agote ni con los minutos ni con las horas que van pasando en su transcurrir lento de siglo XXII que huele a XXI cuando yo llego a su mundo robótico.

-Me leí tus correos, ¿sabes?
-No deberías hacerlo, Yolanda. Las aguas del Manzanares andan revueltas.
-¡Pobres!; eso les pasa por no haber tenido la suerte de nacer al lado de un océano que da fuerzas, furia y sed de justicia.
-Te estas refiriendo a mi.
-Y a mi también. ¿O acaso crees que en el siglo XXII han dejado de nacer mujeres como tú... y como yo?
-¿Qué les respondes?
-¿A los enchufados listillos que temen salirse del top ten de esos premios absurdos en los que me has anotado? No merecen mi atención. Son anónimos, sin nombre, ridículos y temerosos de que se les termine la era de los padrinos y de las aguas del Jordán que tan bien los han bautizado de gloria tapando su carencia de talento.
-Te envidian, Yolanda.
-A mi siempre me han envidiado y a ti mucho más. Caemos mal. Las personillas vulgares detestan a los que protestamos. Nos quieren quitar hasta el derecho de pataleo.

Cuanta razón tiene la escritora Smith. Son siempre los enchufados los que te dicen: quieta, que perdemos el plato de lentejas y están muy ricas. Pobrecillos. ¿No sabéis cocinar otra cosa?... ¿Os limitáis a comer el plato que os dan mientras os arrodilláis ante el padrino de turno pidiéndole protección?... Yo le tiro el plato de lentejas a los pies a todos los padrinos del mundo, piso cada lenteja, le escupo los zapatos Blahnik y le doy mi más sentido pésame a toda su cuadrilla de enchufados.



¿Y si lo llama?
El grito se le atraganta
Eva se calla y lo calla
en un móvil apagado.

¿Y si la llama?
No es pera esa llamada
no le importa si llama
apaga el móvil olvidado.

¿La ha llamado?
Repasa llamadas perdidas
sin continuar el repaso
no quiere comprobar llamada.

¿La va a llamar?
Responderá Eva sin pensamiento
respuesta fresca de puro invierno
en sílabas de palabras perversas.


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Thursday, January 18, 2007

Relato: Las Navidades de Germán

 Las manos tenían cinco dedos y cinco años pero no temblaban de miedo sino de frío. Volvieron a tirar del cable suelto otra vez. Nada. El gran árbol seguía iluminado por luces intermitentes. Tiró de otro cable. Esta vez sí. Se fue la luz suavemente en una muerte dulce seguida por la maldición de un empleado de la recepción del hotel.
 
 El niño salió del hall y se dirigió al gran comedor preparado para la cena de fin de año.
 
 Todos le llaman don Germán. Es un hombre alto, corpulento, con pelo cano teñido, más próximo a los cincuenta que a los cuarenta.
 
 Don Germán se detiene ante el árbol de navidad tres veces más grande que el que aquella noche ocultaba a la caja de cables del hotel. Han pasado más de cuarenta años. Una mano femenina tira de su manga. Don Germán sonríe, se alisa el traje confeccionado a medida por su sastre de confianza. Nunca compra sus trajes a los diseñadores de moda. Prefiere llevar la tela de lana de ovejas australianas a la sastrería y darle el beneficio a quienes necesitan el dinero para vivir.
 
 Las mesas del salón de los espejos rebosan de comida. Don Germán las contempla con satisfacción. Nada es suficiente para quien pasó hambre con dignidad.
 
 Su esposa habla de árboles de navidad con los invitados.
 
 -Es una pena... Nadie pone el nacimiento. Si de mi dependiera pondríamos un misterio en cada habitación del hotel como hacen mis padres en su casa.
 
 Los invitados, todos con título nobiliario, miran a don Germán. El dueño de la cadena de hoteles "El paraíso" no dice nada.
 
 Sus pensamientos regresan a su infancia:
 
 -Niños, en esta clase pondremos un árbol igualito a los de Finlandia.
 
 La profesora de inglés decoró un abeto que olía a árbol cortado con peluches y cojines de tela. Cuando llegó la clase de religión, doña Pura lo encontró ateo y añadió una estrella que encontró en una caja de manualidades. Después vino la profesora de matemáticas y le añadió unas bolas de colores. El profesor de lengua no añadió ningún adorno al árbol; simplemente les puso de deberes una redacción sobre la decoración de navidad de sus casas.
 
 Germán niño inventó un cuento. En su casa no había árbol, ni belén, ni guirnaldas. Había paro y había hambre digna. Aquellas navidades no iba a haber turrón, ni pavo, ni champán, ni marisco,... Habría una cena como aquella comida de Cristo en la que el Señor multiplicaba el pan y los peces para llenar los platos de los apóstoles.
 
 En el cuento de Germán niño había un gran abeto adornado con lazos rojos, un papá Noel chico subiendo por las ramas hasta la estrella de la cima. Había también un niño pero no en un pesebre. Su niño nacía en un palacio y era hijo de un rey muy rico.
 
 El profesor de lengua se santiguo cuando leyó la redacción. Un niño gritó que no era así la historia de Jesús. Germán niño dijo que él preferiría ser hijo de Herodes que de Dios. Los hijos de Herodes no eran pobres. El profesor de lengua se volvió a santiguar.
 
 -Cariño, nuestros invitados quieren saber quien toca esta noche.
 -Una orquesta independiente, les gustará.
 
 Los invitados sonríen. Don Germán siempre los sorprende. La última vez contrató a unos chicos que tocaban música medieval.
 
 Tenía cinco años aquella noche que dejó el hotel en tinieblas. Era el hijo del jardinero despedido. Hijo único. La gente se imagina que las familias pobres son numerosas pero la miseria no cuenta el número de habitantes de una casa, simplemente llega y se instala en los huecos vacío de la despensa. La suya era una familia digna: buscaba trabajo, no aceptaba... Don Germán mordió el labio inferior. Su familia no aceptaba ni pedía un trozo de pan. Pasaban hambre con dignidad y con resignación hasta que aquello que llamaban Dios tenía a bien conceder un trabajo siempre inseguro y con finiquito.
 
 Germán niño se vengó por primera vez de la injusticia social con cinco años. Desde su habitación, en un humilde bloque de viviendas, observo con orgullo de niño justiciero las parejas que salían del hotel enfadadas y furiosas. No tenían motivo para enfadarse: subían a sus cochazos y se iban a comer las uvas a otro lado.
 
 -¿Quieres?
 -¿Qué?
 
 Don Germán regresa a la realidad. Marita señala la bandeja de turrón de chocolate. Don Germán lo rechaza. Nunca toma turrón en Navidad como recuerdo de su infancia pobre.
 
 Una invitada habla de su hijo. Don Germán sonríe. En los hoteles "el Paraíso" siempre contrata a personas que necesitan un sueldo para vivir. El hijo de la invitada tiene unos padres demasiado ricos.
 
 Cuando suenan las doce campanadas, don Germán suspira aliviado. Las Navidades lo ponen melancólico. ¿Por qué siempre le recuerdan fechas tan antiguas?
 
 Marita lo arrastra hasta la pista. Don Germán vuelve a suspirar. Tienen que abrir el baile.
 
 -¿Ese que toca la guitarra no es nuestro hijo?
 -Sí, Marita.
 -Tiene trece años.
 -Yo a su edad llevaba tres años trabajando.
 -El niño tiene que estudiar.
 -Por supuesto.
 -No te lo iba a decir ahora pero...
 -Dime.
 -Nos divorciamos, Germán. Amo a otro.
 -Estupendo. Año nuevo vida nueva.
 -No estoy bromeando.
 -Yo tampoco.
 -Mi abogado te dirá la cantidad de dinero que me tienes que pasar. Me quedo con la casa de Cancún, el chalé de Canarias, la finca de Toledo, la...
 -Stop, Marita. Sólo te llevas a nuestro hijo cantante, los otros dos han decidido  que se quedan conmigo.
 -Sin dinero no me puedo separar.
 -Una sabia conclusión.
 
 Marita frunce el entrecejo olvidándose de las recomendaciones del cirujano que le hizo el último arreglo facial.
 
 -¿No te importa que tenga amante?
 -Creo que ya no lo tienes. Mi abogado le comunicó que eres una mujer muy cara.
 
 Siguieron bailando en silencio. Germán se sintió un poco Herodes. Había recorrido un largo camino, había jugado fuerte, había ganado. Seguía ganando.
 
 
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Tuesday, January 16, 2007

El despertar de Eva

 Querido diario:
 
 La escritora Smith no está obsesionada con los premios. Está obsesionada con las injusticias.
 
 -Yolanda, ¿qué dices tú ante una injusticia?
 -No y no y no... y ¡non!
 
 Diario mío: Yolanda está en el siglo XXII, lejos de estos premios 20Blogs convocados por el gratuito "20 minutos" para el autobombo de sus enchufados, esos niños bonitos que se compinchan en un "votame, te voto, nos votamos"; y si eso no llega, está la mano del ladrón de votos que les roba a los pobres y les regala a los ricos.
 
 Sí, Yolanda, sí. No me recites hoy tus poemas maravillosos que tengo que gritar un ¡non! que me sale del alma. Tengo que gritar que has perdido porque te hacen perder, porque árbitro y jugador son los mismos.
 
 No me hables de tu nuevo muso, ni de tu mundo feliz robotizado ni de lo mucho que te anima un paseo por la calle Real de tu Coruña natal en cualquier siglo.
 
 Diario mío: esto no es un "quitate tú para ponerme yo". Es decir que dejen votar a los lectores sin blog o, simplemente, lo más justo: premien los blogs más visitados.
 
 Yolanda , Yolanda, Yolanda,...¡maldito país de enchufados! Yolanda, Yolanda, Yolanda,... quiero traerte a mi siglo y enseñarte. Yolanda, Yolanda, Yolanda,... que no duden que existes porque existes. Tú eres mis manos, mi piel, mi cuerpo, mi sangre. Tú eres Yolanda Smith, yo soy Yolanda. Tú eres la paria desheredada. Yo soy tu grito de protesta, Yolanda. Y que no me digan que me calle. Que nadie me pida un silencio ni un aplauso para los patricios que se reparten la tarta. Yo a los ladrones de tartas les escupo mi desprecio y mi rabia.
 
 Yolanda, Yolanda, Yolanda,... regresa de tu siglo XXII a dar batalla, a pedir tu herencia, a exigir tu parte. Unete a mi protesta, Yolanda: no y no y no y... ¡non!
 
 
 
Te has ido de viaje
y te esperaba
sin esperar te busque
y no estabas.

Fue la primera vez
indiferente
sentí tu ausencia, Adán,
sin ese mío.

Abrí un paraíso propio
todito mío
universo de mi poesía
sin recuerdo.

Mi cabeza libre de amores
el corazón
traicionándome a rencores
por tu persona.
 
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Monday, January 15, 2007

El despertar de Eva

 Querido diario:
 
 Este país nuestro tiene que enterarse de que existe Yolanda Smith. Quiero un poemario de Yolanda Smith en la librería de "el corte Inglés". Quiero en la lista de libros más vendidos sus poemas en gallego. Quiero enseñar sus versos y esconder mi vida.
 
 Diario mío: Yolanda me presentó a su muso. No es el del siglo XXI. Éste es más alto, más rubio, igual de serio, y todavía más enamorado de la escritora Smith. Al menos por el momento.
 
 Los amores de Yolanda Smith dan para muchos versos y todavía más prosa.
 
 -Se llama Juan.
 -Sí, Yolanda, sí.
 -Es de Austria pero lo hicieron hijo predilecto de las Castillas.
 -Sí, Yolanda, sí.
 Una gallega y un austriaco-castellano.
 -¿Don Quijote?
 -Eso te quería decir: se llama Juan Quijano de Austria.
 -Amén.
 -Escribelo en tu blog.
 
 Diario mío: yo no estoy para ocuparme de los amores de la escritora Smith. Estoy para luchar por ella, para gritar en esta guerra de trincheras que la mejor escritora del siglo XXII está en La Coruña y se llama Yolanda Smith.
 
 Recuerden todos este nombre: Yolanda Smith, la poeta de La Coruña. No lo duden. La mejor literatura sale del bolígrafo bic de la escritora Smith.
 
 
Me pides regresar solos;
el mundo multiplicado
y tú me quieres tan sola
como entonces lo estaba.

Buscas física sin química
en laboratorios divorciados
¡ay, Adán mío, no sabes!
aprendes sin manuales.

Te pregunto por la física
cuestionando lo que sabes
respondes que yo exagero
en las lecciones que canto.

Piensa en ese regreso
no quisiera destronarte
eres frágil porcelana
temeroso de mis manos.
 
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Saturday, January 13, 2007

Amando en verso

 Querido diario:
 
 Cuando llegue no estaba Yolanda. Me senté en su silla dura mientras el tiempo iba pasando. Media hora, una hora, dos , tres,... ¿Dónde habría ido la escritora Smith para tardar tanto tiempo?
 
 Los robots se movían por la casa de Yolanda sin molestarme, en silencio. El robot cocinero recuerda a los cocineros que salen en televisión haciendo recetas fáciles. Huele a patatas rellenas. El robot se va. Le digo ciao y no me contesta. Recuerdo que Yolanda me dijo que los robots sólo hablan con ella porque es mujer del siglo XXII.
 
 ¿Dónde está Yolanda?
 
 Por la ventana se ven peatones chiquitines. Doscientos pisos de altura. ¡Dios mío! En el siglo XXI el edificio más alto de La Coruña tenía treinta y dos plantas, en el siglo XXII los pisos se han multiplicado a cientos tocando las nubes como torres de Babel que hablan en cemento.
 
 -Yolanda... ¡por fin!
 -No me cuentes penas. Soy feliz.
 -¿Feliz?
 -Estoy enamorada. Tengo un muso estupendo. Me inspira, ¿sabes?
 -Yolanda, estamos en guerra. No es época de enamoramientos.
 
 La escritora Smith se ríe, me enseña sus nuevos poemas, mete sus cuartillas en mi bolso susurrándome "cállate, cállate, cállate,..."
 
 Diario mío: Yolanda hace el amor en vez de hacer la guerra. Yolanda, Yolanda, Yolanda... me toca a mi poner las picas donde tú pones flores. Yolanda, Yolanda, Yolanda... te quedas en poesía y me dejas la prosa. Yolanda, Yolanda, Yolanda,... tú eres mi batalla, mi vida, mi alma, mi meta.
 
 
Me quiero bajar
mas no puedo.
Es un sueño irreal
mas lo siento.

Bajada en imposible
escalera sin peldaños
ascensor inexistente
a soñar soy condenada.

Es irreal ensoñación
mas la siento
Es un amor ficticio
mas lo quiero.
 
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Friday, January 12, 2007

Amando en verso

 Querido diario:
 
 Hoy me cuesta viajar al siglo XXII, subir escalón a escalón hasta Yolanda, y decirle que ha perdido. No puedo. ¿Cómo le voy a decir que el concurso de blogs en el que la anoté es un timo? ¿Cómo le voy a decir que sólo pueden votarse entre ellos los inscritos en el concurso 20blogs? ¿Cómo le voy a decir una vez más que todas las puertas están cerradas para ella?...
 
 No tengo palabras.
 
 Yolanda nada más verme me da el pésame.
 
 -Mi escritora Smith -le digo-, no puedo hacer nada por ti. el mundo es un asco, Yolanda.
 -Quedate aquí conmigo. En el siglo XXII el asco del mundo es más llevadero.
 
 Quiero quedarme mas no puedo. En mi sangre hierve la sed de justicia. No puedo dejar a esta chica sin su parte, sola, olvidada, detestada, odiada. No, Yolanda, tú mereces tu parte. Arañaré todas las puertas que te cierren, las tiraré a patadas, le exigiré a esta sociedad de enchufados la herencia que te pertenece.
 
 Estás sola Yolanda. No tienes nada que perder. Sigue escribiendo. Yo seré la guerrera que se tire al monte por ti, que le dé patadas a todos los enchufados que te quitan la ilusión y que te roban el sitio que te pertenece.
 
 Mañana, Yolanda, será otro día. Mañana empiezo a morder. ¡Qué se preparen!
 
 
Te vas dejando huella
inolvidable eres, ¿sabes?,
inolvidable en recuerdo
inolvidable recordándote.

Sin huella de olvido
marchas sin marchar
en marcha sin camino
regresas sin vuelta ida.

Una y otra vez más
vas y vienes en recuerdo
de ida a venida vuelta
huella imborrable eres.
 
Por la escritora Smith: ¡VOTA!



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