LIBROS PARA TODOS

Friday, March 25, 2016

El tigre de la canela de Guisela Samudio

El tigre de la canela de Guisela Samudio nos mete en un mundo fantástico que sólo entiende la autora. A mí me dio sueño. No sé ni como llegue a la última página. Estuve a punto de dejarlo en un banco para que lo recogiera algún paseante interesado en leer gratis. 

La protagonista de este bodrio es una tal Kanela, huérfana para darnos pena y con mucha imaginación. Un día descubre a unos seres extraños por los que siente una atracción que desencadena toda la trama de la novela hasta lo esperpéntico. La chica se mete en un mundo fantástico al que sólo pueden acceder unos cuantos elegidos por la suerte. conoce a los elegidos y se hace amiga de algunos, sobre todo de Ᾱtman, el gran maestro de la espiritualidad rara en la que se nos mete. Este maestro le dice que está a punto de producirse un importante cambio que supondrá el comienzo de una nueva era en el mundo mundial. Kanela se lo cree y toma la decisión de que su vida está allí, con aquellos chalados. Ella también puede ser maestra de alguna cosa. Allí todos son maestros de diferentes áreas de creación artística. Lo único que tiene que hacer es superar varias pruebas en las que puede morir. ¿Morirá? Esto lo sabes en las últimas páginas de la novela. La protagonista está decidida a poner en peligro su existencia para conseguir hacerse maestra de algún arte. Más tonta no puede ser. 

No os recomiendo esta novela. Es un tostón. Si no te gustan los mundos fantásticos, te gustará aún menos. Yo, como os dije, no pienso volver a leer este libro. Lo he dejado en una estantería ocupando espacio. Es un libro más para decorar la librería del salón. 

Llegué al final porque vas viendo como la protagonista aguanta pruebas y más pruebas y te preguntas si la autora la acabará haciendo fracasar. Sería una pena, pensaba yo, que su lucha desesperada no fuera recompensada con el éxito. Menos mal que la cosa termina como era previsible.

Tuesday, March 22, 2016

Círculo rojo publica tu libro

Ser feliz en Alaska de Rafael Santandreu

Soy una compradora compulsiva de libros de autoayuda. Son unos libros que noto que me ponen las pilas, aunque no siempre estoy de acuerdo con lo que nos cuentan. 

Ser feliz en Alaska de Rafael Santandreu nos hace un listado de las «neuras» que nos amargan la vida. ¿Y cuáles son? La ansiedad, depresión, estrés y timidez. Podrían resumirse en el miedo. El miedo te amarga la existencia. En eso estamos todos de acuerdo. 

El autor nos propone salir de nuestros miedos cambiando la mentalidad. ¡Cómo si fuera tan fácil! Una persona no puede pasar pesimista a optimista como quien pasa de una habitación a otra. Ser feliz en Alaska nos propone el método de la escuela terapéutica que considera más eficaz: la moderna psicología cognitiva. Mucho lío para mí. Seguí leyendo, una vez conocida la propuesta del autor, porque no conocía tal psicología y me interesaba saber de qué iba. 

Ser feliz en Alaska nos dice que en sólo tres pasos re-programas la mente y te conviertes en una persona fuerte emocionalmente hablando. Aquí nos mete en una especie de meditación que empieza con eso de que debes mirar hacia tu interior. No puse en práctica el método porque seguro que me hundiría en una depresión. Yo no puedo mirar para mi interior. Dentro sólo hay tristezas y miedos. Hay que mirar hacia fuera para salir de los pozos. 

No os recomiendo, pues, Ser feliz en Alaska de Rafael Santandreu. el método que te propone para sacarte de tus miedos sólo sirve para que encuentres más miedos. No mires a tu interior, como te dice el autor. Si lo haces, seguro que te hundes más. Este libro no vale para los pesimistas. Y para los optimistas tampoco porque te quita las alegrías con tanta meditación y chorradas de ese estilo. Rafael Santandreu está muy verde como autoayudador de la gente en crisis mental. 

La portada del libro es llamativa. Tiene un elefante que choca con el título. En Alaska nunca hubo elefantes ni felices ni tristes.

Sunday, March 20, 2016

La otra vida de Ned Blackbird de Alexis Ravelo

La otra vida de Ned Blackbird de Alexis Ravelo es una novela claustrofóbica, aunque no se puede calificar de novela negra, un género que le gusta mucho al autor. Tampoco es una novela ambientada en Canarias. Ravelo suele ambientar sus libros en las bonitas islas Canarias, pero esta vez se sale de su escenario favorito. 

La novela está protagonizada por un profesor de filosofía aburrido que baja al infierno para encontrase a si mismo. Todo es gris en esta nueva novela de Ravelo. También es gris la ciudad en la que la ambienta, una ciudad de provincias nada interesante. No es una novela que haya escrito recientemente. La tuvo guardada en un cajón desde el año 2.011. Ahora la saca a la luz aprovechando que no tenía nada mejor para publicar. 

No es una novela que me haya gustado. Odie al dichoso profesor de filosofía desde las primeras páginas. El autor empieza a contarnos las peripecias de este hombre desde que acepta un puesto en la Universidad de Los Álamos. Como era previsible, su vida irá de mal en peor. Alquila un viejo apartamento, se obsesiona con la anterior inquilina del piso y empieza a hacerse preguntas sobre su propia vida. 

Alexis Ravelo intenta echarle imaginación a la trama. Por inventar inventa hasta las ciudades donde vive su profesor de filosofía: Los Álamos y San Expósito. En la primera, se puede disfrutar de unos deliciosos pasteles que se llaman despechaditos y que supongo que no existen tales pasteles más que en la cabeza de este hombre. son unos pasteles, nos dice, que combinan lo dulce con lo amargo y cuyo origen esconde una historia tan profética como esta aburrida novela. 

No os recomiendo esta novela con la que el autor intenta demostrarse a si mismo y a la crítica que es capaz de enfrentarse a toda clase de géneros. Tendrá que ensayar más para convencer a algunos lectores entre los que me incluyo. Está muy verde todavía. La otra vida de Ned Blackbird es una novela muy mejorable.

Yolanda Smith

Mañana podría ser tu amante,
pasado la madre de tus hijos,
un día, aún lejano, la abuela
que lleve cuatro nietos a un cine.

No quiero ser esa pobre abuela,
ni esa madre de familia.
Prefiero ser la que estrena las sábanas
y deja el ajuar en una misa.

No soy una buena cocinera
para manteles de mesa con aullidos
de un niño que ladra como un perro
y de un perro que grita como un niño.

Mañana seguiré sin tus cadenas,
pasado seguiré sin tus cadenas,
un día, aún lejano, la mujer
que lleva tu recuerdo en la sonrisa.

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Monday, March 14, 2016

Los amores de Don Quijote

Don Quijote me persigue
por los campos de Castilla
atraído por las flores
que perfuman mi cocina.

Se sube por los tejados
de las iglesias con misa
los domingos de los rezos
a favor de los cautivos.

Don Quijote y su Sancho
ven en mí a Dulcinea
y quieren mi mano blanca
para besarme los dedos.

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Sunday, March 06, 2016

Yolanda Smith

Subí mis dos aros blancos
a mis orejas y puse
la pintura en mis labios
de poeta y escritora.

Nadie pondría mi cara
a la Yolanda que dejo
por los campos internautas
sembrando y no recogiendo.

Ella es una estrella,
yo sólo soy la de siempre.

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Don Juan el Fantasma

Tu Reina recuerda los días
de e-mails de ida y vuelta,
con las letras de Sabina
bailando por mis pendientes.

Tú cantabas en silencio,
yo escuchaba en silencio
desde la ventana abierta
a un trovador de mis versos.

Me sentía encumbrada
al Reino de los Pinceles
que pintaban las palabras
de carmín y luz de estrellas.

¿Dónde estás, amor, ahora?
¿Por qué volaste huyendo
de las rimas de mis versos?
Tu Reina aún te recuerda.

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Wednesday, March 02, 2016

Las Navidades de Yolanda Smith

Sin ti no hay Navidades,
ni Reyes, ni fiestas largas,
ni las cosas que intento
hacer cuando me levanto
de la pena arrastrando
el llanto que siempre callo.

No, mamá querida, no,
sin ti no hay Navidades
y que no digan que ría
para salir de este páramo.

Yo me hundo y sigo hundida
en mí y en estos baches
que son como los desiertos
olvidados en los mapas.

No consigo regresarme
a la que fui a tu lado
porque tú eras mi todo
y yo fui tu escaparate.

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Las Navidades de Yolanda Smith

La Navidad me resbala
como la lluvia de nieve
que desliza sus manantiales
por las aceras del centro.

No me atraen los regalos
que llenan escaparates
con los precios escondidos
para atraer incautos.

Las luces que iluminan
calle a calle las mañanas
tras una noche encendidas
me parecen despilfarros.

Me falta esa estrella
que fuiste para mi, mami,
y no quiero otras luces
para intentar olvidarte.

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