Sin ti no hay Navidades,
ni Reyes, ni fiestas largas,
ni las cosas que intento
hacer cuando me levanto
de la pena arrastrando
el llanto que siempre callo.
No, mamá querida, no,
sin ti no hay Navidades
y que no digan que ría
para salir de este páramo.
Yo me hundo y sigo hundida
en mí y en estos baches
que son como los desiertos
olvidados en los mapas.
No consigo regresarme
a la que fui a tu lado
porque tú eras mi todo
y yo fui tu escaparate.
-------------------