Fuentes de inspiración

 Querido diario:

 

 No hay mayor fuente de inspiración para una escritora que la mismísima realidad. Lo pensaba ayer mientras veía en Internet la noticia de las detenciones por corrupción en Marbella. Han detenido hasta a la alcaldesa llena de vendajes por una operación de cirujía estética. Para que hablen después de la imaginación fantasiosa de los escritores...

 

 A partir de hoy voy a incluir en mis posts algunos de mis versos favoritos.

 

 

Esperas a tu Eva, Adán mio
en tu paraíso te aburrías
maravillas naturales no querías
por Eva arrancaste una costilla.

La vida ¿verdad? tú darías
por compartir esta existencia mía
el paraiso otra vez desterrarías
en pecado te unirías a mi vida.

En alianza de manzana prohibida
elegiste pecado conmigo compartido
despojado del cielo me seguiste
sin pesar por perder tu paraíso.

 

 

 Ésta es mi poesía favorita. Me trae tantísimos recuerdos... Es el primer poema de "los amores de Adán y Eva".

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Peronajes libres

Querido diario:

Ayer escribí un poco más del relato. Como siempre volví a sentir la extraña sensación de que los personajes se me escapan de las manos. Mis protagonistas siempre son rebeldes. Cierto es que les suelto la cuerda para que tiren del argumento a su antojo. ¿Hay algo más bonito que la libertad?... La libertad es la suma de la paz, de la tranquilidad, de la iniciativa propia... Es imposible ser libre si no tienes paz.

Mis personajes son libres. Y de su libertad me contagio yo. En ellos alcanzo la libertad superlativa. Vivo en sus personas ficticias las alegrías, las penas, las venganzas, la justicia,... Me contagio de sus risas y me apeno con sus problemas. Incluso me divierto. En la literatura he encontrado la libertad que busque siempre. Sólo por eso me recompensa seguir escribiendo.

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Poesía de amor

Querido diario:

Ando un poco desorientada estos días. He vuelto a la poesía de amor pura alejándome un poco de los amores trovados que tanto me gustan. Fue como empecé a escribir seriamente: con la temática amorosa hablando de amores que mas que sentir sueño en un sueño que sueño es pero que siento inalcanzable en toda su pureza.

El amor es un soplo de aire que suele terminar en la decepción de la tormenta que anuncia estación invernal en espera de una nueva primavera. Por amor se hacen muchas cosas pero no se debería hacer ninguna porque siempre ama uno y el otro recibe sin dar cuando lo necesitas. Es una ilusión y punto. ¿Para qué darle más vueltas?... ¿Una ilusión que merece la pena ser vivida? Por supuesto que si. Pero nunca de una manera incauta. Si consideras la posibilidad del final has pasado media estación invernal preparándote para la nueva ilusión que llegara en el futuro.

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Días pesimistas

Querido diario:

Hay días en los que como hoy me apetece dar caña. No estoy para escribir sobre amores en los que casi no creo. Me apetece coger el bolígrafo como si fuera una espada y romper los folios a palabras. Estoy pesimista. Mi pesimismo siempre es momentáneo pero cuando llega es agotador. Me cansa hasta el aburrimiento. Necesito nuevas ilusiones a parte de la literatura pero no encuentro aquello que busco quizá porque no busco nada, sólo espero encontrar sin forzar la búsqueda.

Necesito un nuevo amor. Suena un poco frívolo. Me duran poco a mi los enamoramientos quizá porque nunca he encontrado al hombre de mis sueños aunque por dos veces creí que lo había hayado. ¡Qué tonta fui! Ese hombre perfecto para mi sólo existe en mi imaginación. Ojalá que la realidad fuera moldeable como lo son mis personajes en momentos de poca rebeldía.

El día de la poesía

 Querido diario:

 

 Para todo hay un día de celebración, hasta para la poesía. Personalmente no soy demasiado partidaria de los días de porque todos los días son días de todo.

 

 La poesía son palabras mayores. Es la poesía a la literatura lo que es la pintura al arte. Belleza en el estado más puro. La poesía es el género que desnuda el alma del escritor. Aunque no quieras siempre saca de ti tú mejor yo a la luz aquel que incluso tú desconoces en ti misma.

 

 Yo siempre digo que lloro poesía. La mejor terapia en los momentos de bajón moral es sentarme a componer un poema. Puede ser de amor, de desamor, de compromiso social en función de la espina que me corroa el alma en ese momento. Mis espinas salen a golpe de rima. Soy una trovadora de otros y una trovadora de mi misma.

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Viajar escribiendo

Detesto viajar por el simple hecho de que todos los medios de transporte existentes me resultan incómodos. La carretera a partir de los quince kilómetros de trayecto me marea en todo tipo de vehículo. El tren me aburre por lo mucho que tarda y además no existe línea férrea a todos lo sitios. El avión es un agobio. El barco me causa un mareo todavía peor que en el coche y tampoco sirve para ir a todos los sitios.

Tampoco siento la necesidad de viajar. Ahora está muy de moda y si no vas de vacaciones te consideran una especie de paleta pero a mi no me importa la moda. Simplemente hago siempre que puedo lo que me gusta. No me gusta viajar y no viajo si lo puedo evitar. Lo mismo que no me gusta la bebida alcohólica y no la tomo o no me gusta la merluza y no la como.

En cambio me encanta viajar escribiendo. Cuando situo la trama de mis relatos en una ciudad que no conozco me divierto muchísimo. Con unos cuantos datos que busco en Internet ya tengo suficiente para hacer la ambientación dejando volar mi imaginación hasta el infinito. Es una sensación de libertad adorable. No tienes que comprar billetes, sufrir el overbooking, los retrasos, ni padecer los mareos.

No sé por qué te cuento hoy esto, querido mío, quiza sea porque ayer tuve que hacer uno de esos viajes forzosos que detesto.

Un nuevo relato

Querido diario:

Ayer inicie mi nuevo relato. Escribi unas tres hojas por los dos lados. Lo releí antes de acostarme y me convenció bastante. Vuelvo a mis características literarias de siempre: dobles personajes, humor, misterio y ubicación en el extranjero de la trama mezclando gentes de aquí y allá en una alianza de civilizaciones que ya le gustaría al señor Zapatero que su ministro de Asuntos Exteriores tuviera mi habilidad en la mezcla de culturas sin que estallen conflictos.

Sobre un papel todo es posible. Simplemente lo imaginas y lo vas relatando en un juego de palabras con los personajes que muchas veces acabas queriendo como la anciana que adora a su gatito que la acompaña en sus soledades forzosas. Yo de alguno de mis personajes me enamoro. Me gustaría darles un soplo de vida mortal para abrazarlos por lo mucho que me reconfortan. En general son muy diferentes a mi. Ellos viajan mucho o viven en países en los que yo nunca he estado. A mi no me gusta viajar.

Pero si me encontraran algunos no serían muy generosos en abrazos, más bien me criticarían sin mucha piedad por volverlos un poco locos a avatares que le voy deparando en ese juego de palabras de mi yo con ellos y de sus yos conmigo. Durante todo el relato nos echamos un pulso mutuo. Yo quiero llevar la historia a un puerto y ellos me arrastran en una corriente de libertad hacía la mar más brava donde reina la rebeldía de las olas.

En Reporteras, el relato que inicie ayer, volvi a experimentar este pulso al que estoy acostumbrada. Puese a mis dos chicas en San Cristobal de las Casas para entrevistar al subcomandante Marcos y ¡Dios mío! por donde están tirando del argumento... En fin, querido diario, por hoy ya no te cuento más.

Siempre poesía

Querido diario:

Ayer tocaba poesía. Bueno para ser sinceros poesía toca todos los días. Ni un solo día puedo dejar de romperme a versos sacando todas mis espinas para fuera. Para mi escribir es una necesidad terapeútica. Inventar historias me produce una sensación de libertad impagable. Pero la poesía saca fuera de mi el mejor yo que tengo escondido y que sólo sale a golpe de rima.

Tengo una nueva historia en la cabeza para hacer una serie de relatos. Mañana te contare, diario.

La sombra de la Cibeles

Querido diario:

Ayer termine mi relato largo sobre el 11-M. Una vez más me volvio a sorprender la capacidad de mis presonajes para arrancarme la historia de las manos y manejarla a su antojo. Tenía en mi cabeza un final muy distinto al que escribi. Deje un final abierto tanto en un posible continuara de la investigación como de la vida de los protagonistas de la historia. También le puse otro título. En un principio había pensado en algo a sí como 11-M, 11-S pero ayer escribi en la primera página: La sombra de la Cibeles.

El relato está centrado en la investigación de la masacre. No aparecen las víctimas. Intente al final que aparecieran pero mi inspiración tiro hacía la investigación centrandose sobre todo en un joven espía que se siente defraudado por como se desarrollan los acontecimientos.

Mis personajes vuelven a ser dobles: uno vencido y otro invencible al desaliento. El protagonismo de la historia está muy repartido quizá llevandose el papel cantante los protagonistas masculinos aunque también las mujeres acaparan buena parte de la trama de manera decisiva para el desenlace.

Hoy iniciaré otro relato. No sé si más largo o más corto. Mañana te contaré...

El insulto del desprecio

Querido diario:

Hay días en los que vuelvo a sentir la misma decepción que sentía cuando empece a escribir. Tengo una sensación de fracaso agobiante. Es que soy una mala perdedora, lo sé. Me hunde cada puerta que me cierran. Me produce una sensación de rechazo que no puedo asumir, eso que a estas alturas de mis decepciones ya no espero nada de nadie. Mi vida es un rosario de noes recibidos incluso antes de preguntar si había sitio para mi. Ni siquiera me atrevo a pedir algo que deseo. Es como si me vencieran hasta el punto de hacerme creer que no tengo derecho a una sola puerta abierta a la esperanza.

Pero de todas y cada una de las puertas que me han cerrado he aprendido una lección. De esta última puerta también. Nunca más le voy a permitir a nadie el insulto del desprecio. No van a tener esa oportunidad.

¿Genial?...

Querido diario:

La gala de los Oscar de este año fue un poco sosa. Le faltaba alegría. Había demasiados vestidos negros. A mi el negro me parece un color horroroso. Si de mi dependiera no estaría inventado. Es tan funebre... Me gusta el color sin caer en los tonos chillones. Los verdes, los azules, blancos me encantan. También me gustan las tonalidades marrrones. Pero el negro y el rojo no los soporto.

De los Oscar yo destacaría el oscar al mejor actor a Philiph S. Hoffman. Bordó a Truman Capote en la película sobre este genial escritor. Es curioso, querida Yolanda, tú eres heterosexual, abstemia y nunca probaste drogas. Tendría que cambiar la célebre frase de Capote para aplicartela. Quedaría en : "soy heterosexual, soy abstemia, soy genial".

¿Un genio? ¡Qué horror! Yo soy simplemente una persona cuyo lema es vive y deja vivir. Geniales somos todos. Ningún ser humano debe considerarse mejor que otro por el mero hecho de que Dios le haya otorgado una determinada habilidad.

Nunca entendi a la gente que corre detrás del famoso de turno solicitándole un autografo. Una simple firma equivalente a la suya propia o a la de cualquier ciudadano anónimo. Menos entiendo a los famosos que se endiosan cuando alcanzan el aplauso generoso del público. Perder la humildad es perder la dignidad y sin dignidad ¿qué eres?... nada.

Inspiración

Querido diario:

Hay escritores que temen el folio en blanco. Yo no tengo ese temor. Mis folios cambian rápidamente de color tiñiendose de palabras. Es como si tuviera un océano de inspiración dentro de mi cabeza. Me inundan las ideas. apenas me da tiempo a plasmarlas cuando son renovadas en la trastienda de mi imaginación por nuevas ideas.Yo misma me sorprendo muchas veces.

A las seis de la mañana enciendo la radio. Tengo una hora para mi que aprovecho escribiendo algún poema. Uno y algunos días dos. Por la mañana siempre escribo en castellano. en la radio empiezan a recordarnos lo mal que anda el país. Cambio de emisora. Me llevo la radio para la ducha. Si oigo un disparate igual no pueda evitar un traspiés. Pero Yolanda smith aguanta el relato de las barbaridades del mundo sin caerse. Vuelvo a mi habitación. El espejo me pone cara. ¿Yolanda Smith?... hum... Me veo tan poquita cosa. Delgada, joven, el pelo mojado con el frío que hace. me da pereza el secador. ¿Se secara solo en una hora más?... Misión imposible. Mi melena tiene la meta puesta en la cintura. Me pongo una goma en la mano. si me da mucho la lata no terminará la mañana sin librarse de una trenza.

En la radio Jimenez Losantos le da caña a Zapatero.

Yo ya estoy vestida. Me queda el desayuno todavía... Miro el reloj. No, no hay tiempo para los versos que se me acaban de ocurrir. Aún así los escribo rápidamente en uno de los periódicos del día anterior. Por la noche continuare...

Yolanda Smith también escribe en gallego

Querido diario:

Aún es pronto para buscar editorial. Necesito más tiempo. Necesito convencerme a mi misma. De momento sigo escribiendo sin ponerme metas, déjandome sorprender por los versos que llenan folios, por los personajes de mis relatos, tan rebeldes como yo.

Tengo que confesarte queridísima Yolanda Smith que casi te soy infiel con otro seudónimo para mis poesías en gallego. Son tan distintas... Leí en algún sitio que los escritores escribiemos distinto en distintos idiomas. Pero yo no me atrevo a culpar al idioma de las diferencias. Hay algo más. Aún no lo he descubierto.

Mis poesías en castellano transmiten dulzura, delicadeza. Tienen el aroma de una florecilla de invernadero en mitad de la selva. En cambio, en gallego mis versos me transmiten la ira de una leona pisando el asfalto de la ciudad sin complejos. Es como si en castellano fuera una princesa dulce con las ideas claras y en gallego fuera una hidalga proletaria orgullosa.

Voy comprendiendo que quien escribe en gallego también es Yolanda Smith. Se va imponiendo en la firma levemente mezclado con otro nombre que me callo. Eres tú querida Yolanda. Eres tú, la que he sacado de aquella raíña Yolanda de la que me había caracterizado un 17 de mayo. Era el día de las letras gallegas. Yo interpretaba a la protagonista de una obra de teatro escrita por un escritor gallego y adaptada por mi para la representación. ¿Quién me iba a decir a mi entonces que un día sería Yolanda Smith? Era tan joven, jovencísima. Una adolescente llena de ilusiones. Ahora soy una mujer que no cree en nada... A veces ni siquiera creo mucho en Dios.

Se impone la poesía

Querido diario:

La poesía se está imponiendo en mi obra literaria. sigo escribiendo relatos, actualmente estoy terminando uno sobre el 11-M que había dejado medio olvidado en una carpeta, pero no puedo evitar escribir algún poema todos los días. Por la noche, cuando llego a casa, me sinto y dejo volar mi inspiración poética. Muchos días la inspiración no puede esperar tanto. Me roba los momentos libres cubriendo los escasos espacios en balnco de la prensa escrita de versos. Al llegar a casa los copio en mis cuartillas de folios doblados. Necesito el manuscrito. Escribir directamente en la pantalla del ordenador no me llena. Ver mis poesías en mi letra hace que las sienta más mías.

Me gusta leerlas. Leermelas a mi misma en voz alta. Cogi esta costumbre cuando empece a escribir también en gallego. Desde entonces soy otra Yolanda Smith. Ahora me doy cuenta de lo mucho que está aportando el gallego a mi obra poética. Yo creo que me ha proporcionado un empujón decisivo. Otro punto de inflexión en mi trayectoria de escritora.

Volver al presente

Querido diario:

En este tercer post regreso al presente dejando el recuerdo aún reciente por el hoy que, a fin de cuentas, es lo que importa.

Me siento exhausta después de las poesías que escribi ayer. Hay temas difíciles para plasmar en poesía si en vez de ser trovadora de otros eres trovadora de ti misma, de tus propios sentimientos, de tus vivencias espinosas.

Mi poesía se está enriqueciendo mucho. En navidad se produjo un punto de inflexión que impulsó mi creatividad hasta unos niveles que me sorprenden a mi misma. He salido de la tematica amorosa pasando a la poesía-denuncia. Si antes era una trovadora de amores ahora soy una trovadora de la vida. Soy una poeta que denuncia en verso situaciones que me indignan como ser humano.

Ayer escribi sobre el acoso escolar seis poesías de golpe antes de acostarme que titule "Lápices rotos". La noche anterior escuchando "Hablar por hablar" en la caden Ser salió una señora contando que a su hija le hacían la vida imposible unos compañeros de clase. Es increible que aún se continuen dando casos de violencia en las aulas. ¡Qué poco avanza la democracia! Más bien parece que retrocedemos hacía la violencia de la caverna.

No soporto la violencia. Me indigna.

Mi poesía

Querido diario:

Mi poesía nació con temática navideña, inspirada en las imágenes de las postales que se pueden comprar en cualquier librería. Más tarde recurri a las postales virtuales buscando inspiración. Una foto, una imagen, un dibujo, un cuadro desencadenaban palabras encadenando versos libres. Inspirarme en el sentimiento vivido era doloroso, demasiado doloroso. Nuevamente firmaba los manuscritos un Yolanda Smith que me salí del alma como un brote de esperanza. Empezaba a construir sobre el fracaso, sobre la decepción, sobre la desilusión. Empezaba a creer en mi misma porque estaba sintiendo la plena libertad que sólo he encontrado en la escritura.

Necesité un mes o quiza casi dos para sacar la inspiración poética de la imagen estática ajena y dejarla volar plasmando sentimientos propios que curaban el dolor del recuerdo con la palabra escrita siempre en versos libres adorando a la única diosa que adoro: la libertad.

Estaba naciendo Yolanda Smith...

Querido diario:

Recordar es doloroso tanto si los recuerdos son buenos como si son malos. Cuando recuerdas pasajes de tu vida llenos de felicidad que ya no es aquella que era en tiempos pasados sientes dolor por no haber sabido o podido conservar la dicha. Es un dolor distinto al sentido por la escena dolorosa que no ha cicatrizado el tiempo pasado. Pero también es dolor.

Mis primeros escritos que se puedan considerar tales nacieron en días de crisis existencial. Antes de aquellas fechas de recuerdo doloroso solía hacer alguna poesía por navidad para las postales. quizá alguna cosilla más también había hecho pero lamentablemente no la conservo. Rompía todo. No me convencía lo suficiente como para sentir la necesidad de conservar algún relato escrito en momentos en los que mi futuro estaba muy lejos de la literatura.

Un día me sente, vencida, hundida, sintiendo todas las puertas cerradas para mi. Me había vencido el fracaso. Sobre la mesa un paquete de folios, mis boligrafos, algún libro ya leído pendiente de devolver a la biblioteca. Saque un folio, lo doble en cuartilla, no recuerdo si abrí aquel libro que no era ni novela ni poemario ni ensayo filosófico. No recuerdo si era un libro de autoayuda o un libro de... ¡no! no puedo decirlo. No puedo confesar mi sueño roto. Aquel sueño que adore con once años, que puse como meta de mi vida y que acabe elevando al apellido del seudónimo. Yolanda Smith. Sí, el único nombre que puedo ofrecer porque lleva mi mejor yo, el que sale invencible al desaliento, indomable, libre, rebelde, agarrando la bandera de la libertad como única enseña.

Empece escribiendo una novela, cada día un trocito. De mi mano iban saliendo personajes que me arrancaban la trama de las manos cobrando vida propia. Aparecían las características literarias de la obra de Yolanda smith: dobles personajes, escenas realistas estiradas hacia el esperpento, humor, misterio. Todo escrito sin un guión previo. Cada día me sentaba con la cabeza en blanco dandole rienda suelta a mi imaginación como a un caballo de carreras por un campo sin puertas ni pista de competición. Por primera vez en mi vida sentía libertad plena. Estaba naciendo Yolanda smith...

Después vino la poesía...