Navidad, ¡maldita Navidad!, con tanta hipocresía como azúcar nos das. Me aburren los deseos de dar felicidad cuando día a día te arrancan el manjar. Detesto los abrazos huecos de no se dar entre propios y raros extraños al besar. No aguanto que me digan felices fiestas ya porque no son mis fiestas ni nunca lo serán. ------------------- |
LIBROS PARA TODOS
Thursday, December 30, 2010
Odiosa Navidad
Monday, November 29, 2010
¿Amistad? ¡Por favor!
Saturday, November 27, 2010
¿Buenos días?
Monday, November 15, 2010
G/C: Lo nuestro se acabó
Thursday, October 21, 2010
Mi nombre sin nombre
No soy yo. soy el personaje que me reinventa, un cuento que cuento, una equivocación. Ten fe al olvidarme leyendo los diálogos donde no ves mi nombre al leer el autor. Mis manos han sido un género y otro, la calma que narra, la rabia al narrar. Yo nunca estuve estando en las líneas que fueron surcando mi yo en otros yo. |
Wednesday, October 13, 2010
La vejez de los 18
anunciada en una cana prematura.
Le sonreí al espejo y me enseñaron
los gallos las patas del futuro.
Un dolor recorrió mi espalda
y acabó el París-Dakar en mi culo.
Alcé las cejas hacia las raíces
y surgió el campo de los surcos.
Me faltaba el código de barras
fijando el precio de mi rostro.
Friday, October 08, 2010
Un nuevo Premio Nobel: Vargas Llosa
A Vargas Llosa le ha tocado en la tombola sueca el premio gordo. Un Nobel es un Nobel, que se lo digan a Mr. Obama, el hombre premiado por buscar a tiros la paz en tierra afgana. Con el Nobel don Mario aumentará las ventas de sus obras acabadas más del libro que sale oliendo a manuscrito antes de Navidades. |
Tuesday, August 31, 2010
La familia es un infierno
|
Thursday, July 22, 2010
Microrelato: Inmortal Dulcinea
|
Monday, May 24, 2010
Relato: Pobres entre pobres
Isabel celebra su sesenta cumpleaños inscribiéndose en el INEM. La vida es así. En la cola de la oficina de desempleo conoce a un hombre de su misma edad. Se llama Mario y acaba de llegar procedente de Barcelona. -En Orense la vida es más barata. Se puede vivir con 700 euros. -Yo tendré que vivir con 400 euros. Trescientos euros me los llevará el alquiler y me quedarán cien euros para comer. -Mal asunto. -Sí -asiente Isabel-. Tendré que comer menos. Inscribirse en la oficina de desempleo es tarea complicada. Isabel se cansa de cubrir impresos. -La llamaremos cuando le encontremos un empleo acorde con su perfil -le promete una funcionaria. -Gracias. A la puerta de la oficina la está esperando el parado Mario. La invita a comer. Isabel lo piensa un poco. Aceptar una invitación de un desconocido no le parece correcto. Mario bien podría ser un delincuente y ella no quiere verse envuelta en asuntos turbios. Por otro lado, piensa que la invitación del desconocido Mario le ahorra un plato de arroz para la cena. Acepta. Mario le cuenta su vida camino del restaurante. Se casó con treinta años, tuvo dos hijos, y a los cuarenta firmaba el divorcio. -Mi ex se quedó con la casa, los niños y la cuenta de ahorros en -¿No volviste a enamorarte? -le pregunta Isabel. -Las mujeres no se enamoran de mí. Soy pobre. Isabel sintió que le tocaba el corazón. De ella tampoco se enamoraban los hombres. Cuando era joven preferían a sus amigas; más guapas, más altas y más simpáticas que ella. Con más años fue sacando de sus planes el matrimonio y la maternidad. Su destino era la soltería eterna. -Ya llegamos -le dice Mario. -¿Y dónde está el restaurante? -Ven conmigo. Mario la toma de la mano y la lleva hasta un portal cochambroso. -Las cocineras me permiten entrar por la cocina -Mario le guiña un ojo-. Son muy buenas conmigo. Isabel no cree lo que ve. La cocina le parece más o menos normal, pero el comedor no se puede decir que sea de un restaurante decente. Todos los mendigos de la ciudad llenan las mesas. Isabel reconoce a una viejecita que pide a la puerta de la iglesia de su barrio. También están unos rumanos que suelen pedir limosna delante del supermercado. ¿Y aquellos no son los vecinos del 3º? ¡Claro que son! Isabel se suelta de la mano de Mario y sale del comedor. Prefiere pasar hambre entre sus cuatro paredes alquladas a comer con aquellas compañías. Mario se encoge de hombros y toma asiento en la mesa que comparten los vecinos de Isabel con la mendiga de -¿Otra vez pollo con fideos? Hay que joderse. Los percebes son caros. Nadie habla. Los vecinos de Isabel se lanzan a los platos a medio llenar de fideos. El rumano come con más calma. Mario empieza a comer por el pollo y deja los fideos para el final. -¿No hay pan? -le pregunta a la camarera del comedor social. -Dios no nos ha dado hoy pan suficiente -le contesta y se va a servir otra mesa. En su casa, Isabel come un bocadillo de mortadela barata. Dios le ha dado pan suficiente para un día más. |
Wednesday, May 19, 2010
Relato: Hacienda no podrá conmigo
La peluquería es impecable. Laura abre la puerta y se deja caer en un sillón, que hace tres meses estuvo en el salón del 4ºA. Tiene delante tres mujeres, una niña y una adolescente. -¿Mucho trabajo, Laura? -le pregunta la peluquera. Laura asiente. Estuvo toda la mañana preparando comidas para los viejos del barrio. Esta noche irá a dormir a la casa de la vieja del edificio de la esquina. No es que pague mucho la pobre mujer, pero con los diez euros que le da casi tiene para una bombona de butano. Mañana llevará al colegio a los hijos gemelos de la nueva vecina. Otros cinco euros que gana. Suspira cansada. Le echa mano al ¡Hola! y vuelve a suspirar. ¡Qué bien viven los famosos! Se casan, se divorcian, tienen hijos, operan la nariz, ponen más pecho... Laura daría media vida por vivir en la casa de Isabel Preysler y salir en un reportaje rodeada de hijas pijas. Entra una nueva clienta. La peluquera la mira nerviosa. No la conoce y vete tú a saber si trabaja en hacienda o es una chivata de esas que te jode el negocio. -¿Qué quiere usted' -Un tinte. La peluquera le indica que tome asiento. La atenderá pronto. Tiene dos clientas en el secador, su hija la leva la cabeza a la adolescente, la niña está negociando con su madre el corte de pelo. -Me dijeron maravillas de su peluquería -comenta la nueva-.Por eso estoy aquí. -¿Quién le habló de mí? -La señora Pepa. Yo soy su sobrina, la de Madrid. -No tiene acento. -Es que soy muy gallega. Laura sigue entreteniéndose con el ¡Hola! Piensa que su hija bien podía hacer como Belén Estaban: tener un bebé de un torero y vivir del cuento. No importa que sea auntitaurina. Belén Esteban, que ella sepa, no es aficionada a los toros. -¿Conoce usted a algún famoso? -le pregunta a la nueva. -Los veo en la tele. -Pero ¿no los conoce en persona? -se sorprende Laura-. ¿no los conoce viviendo en Madrid? -Pues no. La peluquera vuelve a pensar que la nueva es inspectora de Hacienda. Doña Pepa nunca le habló de una sobrina madrileña. -¿Cómo está su tía? -Muy bien. -Este verano estuvo muy malita, la pobre. La cuidaba una vecina que ya no vive en el barrio. -He venido para llevármela a Madrid, a una residencia. -Aquí también tenemos centro de día -intervino Laura-. Mi vecina de abajo cuida ancianos que no dan mucha lata. A su tía no la cuida porque está loca. -Sí, ha perdido un poco la cabeza, como todos a su edad -asiente la sobrina. Dos días después, la peluquera tenía un motivo para perder la cabeza: dos inspectores de hacienda entraban en su local sin rotular. -Ya sabía yo que aquella era de hacienda -explotó-. Pues miren, señores, no soy la única en ganarme la vida a mi manera. Laurita tiene un catering montado en la cocina de su casa. Amelia hace camisas Carolina herrera con una vieja máquina de coser, Antonio va con su esposa a fregar portles en un coche que pone Limpiezas Brillo, Rosa alquila todas las habitaciones de su casa salón incluido y ... -Usted comete un delito -insiste un inspector. -¿Y los demás? -Los demás no importan. -¿De qué voy a vivir? Los inspectores marchan. La hija de la peluquera barre el suelo con la indiferencia de los perdedores. -Mañana iré por las casas vendiendo cremas y colonias -decide la peluquera-. Hacienda no podrá conmigo. |
Monday, May 10, 2010
El fantasma de Adán: poesías
1 Ya no me duelen tu adiós ni el suyo porque con los dos construí mis torres. De aquellos ladrillos salté a la copa de un árbol de arena y aquí estoy reinando en las hojas. Él fue un suspiro en en mes de enero; tú, cariño mío, respiro de invierno. Entraste con prisas, saliste corriendo llevando tu vida al barrio Me Muero. 2 Naturaleza marrón, amaneceres. No hay un pájaro, faltan los peces, gatos y perros están en huelga. Busco a Adán y no lo encuentro. Dime, Dios mío, si yo soy Eva. Adán no está y su fantasma dicen que ha muerto.
------------------------
|
Wednesday, April 21, 2010
Relato: El hermarno rico del hermano pobre
Mi cuñado es un triunfador. Todo negocio que inicia es un éxito. Empezó su carrera empresarial en la pequeña mercería de mi suegra. La facturación de la mercería se multiplicó por cinco con él detrás del mostrador despachando bragas y medias. Un día apareció un comprador para la mercería. Mi suegra no quería vender el local, pero mi cuñado la convenció: era el momento de dar el pelotazo. ¡Vaya si lo dio! Consiguió dinero para comprar tres pisos. Mi suegra estaba encantada con un hijo especulador. Su otro hijo, mi pobre esposo, siguió en el paro mientras su hermano triunfaba con una inmobiliaria, una cadena de cafeterías y varias gasolineras. Un hermano rico siempre tiene un hermano pobre. ------------------- |
Friday, April 09, 2010
Yo no vivo del aire
Diario: Me encanta la gente del gratis total. Entras en una web, ves que tiene publicidad y no se te ocurre darle un click o inscribirte. Cuidadito, no vaya a ser que hagas rico al autor o autora. En Internet todo es gratis. Los que escribimos debemos ser potentados o vivir del aire, que viene a ser lo mismo. Todo es gratis. También debería ser gratis la ropa, el calzado y, por qué no, la comida. Deberíamos entrar en el supermercado y servirnos sin tener que pasar por caja. Deberíamos ir por la carretera, ver un palacete como el de Jaume Matas y entrar como si nuestro fuera. Todo de todos. Los internautas imbéciles han puesto en marcha el comunismo que no consiguieron poner en su día ni los rusos. ¡Qué viva la gratuidad! ¿Y la solidaridad? Ah... ésa no existe. Antes de inscribirnos para que el pobre escritor o escritora cobre una humilde comisión nos abrimos las venas. Estoy hasta el culo de que la gente lea lo que yo escribo en varios blogs sin pasar por caja, es decir, sin comprar los productos que publicito o inscribirse en un maldito concurso o encuesta o lo que demonios sea la puñetera publicidad. Estoy tan cansada que me gustaría poder inscribirme en la SGAE y cobrarles a todos. Yolanda Smith ------------------------ Compra o inscríbete |
Wednesday, March 24, 2010
En recuerdo de Juan el Fantasma
1 No, no me lo digas. No quiero tener un fin uniendo sus cartas a las mías. Él existe. Está leyendo mis versos, buscando mis dedos entre poesías, cogiendo mi mano en el parecido que le encuentra al párrafo con mi voz escrita. Él existe. Mi muso... existe. 2 Somos amantes de papel en un palacio rosa donde canta Sabina. Tarareas para mí canciones hasta arrancar mi pena de todos los rincones. Me quieres y no sé entender que ames a quien llora, lamenta, se enfada, vive subida al tren de tantas decepciones. Te quiero y no le pongo nombre a este sentimiento hasta que Dios te roba. Mi amante de papel, ¿Dónde estás ahora?... Seguiré escribiendo para quien me adora. 3 Te busco en las letras que escribió Sabina sin pensar en nosotros. Te busco en la serie del médico doctor House pese a que yo detesto el olor a dolores. Te busco en tus cartas porque no le perdono al reloj de las horas que parara tu rumbo. Te busco en Mr. Google donde tú rebuscabas las huellas de mi nombre. 4 Te busco, amor mío, en el fantasma vivo que ronda mi poesía. Te busco en un lamento que huye de mi boca, en lo que no te dije, en lo que hemos perdido. Te busco en la ganancia de quien tuvo la dicha y no supo que el vaso era tu frágil vida. Te busco en el pasado de los meses perdidos. Quisiera poner hoy al ayer que ha prescrito. |
Friday, March 12, 2010
La compañera indeseada
Querido diario: La depresión es una compañera que no pide vez para visitarte, ni llama a la puerta antes de entrar en el salón. Llega como un vendaval: sin avisar, y te baja el ascensor hasta el sótano de golpe. De la depresión sales echándole imaginación a la vida. ¡Fuera tristeza! Ocupas tu tiempo, haces cosas, no dejas huecos libres. Ella marcha, pero volverá. ¡Qué vuelva! Ya sabes como echarla de tu cabeza. Ya sabes que debes llenar las horas del reloj con horas de actividad. Ya sabes que te desenredas de su red de araña echándole imaginación a la vida. |
Friday, February 19, 2010
Microrelato: Regalos de moribundo

No quedaban libros en la casa del tío Arturo el día de su último adiós. El tío había repartido su colección de clásicos entre sus amigos. Lo quisieran o no, todos aceptaron como recuerdo un viejo libro lleno de notas en los márgenes y subrayados que les entregaba el agonizante.
El tío tuvo su recompensa en el funeral: el sacerdote, agasajado en su día con "El Quijote", lo recordó como un hombre culto, apasionado por la literatura clásica y digno heredero de Alonso Quijano.
-¡Yo fui su Dulcinea! -gritó una vecina con la cabeza perdida, la pobre.
No pudimos evitar reírnos. Mi tío Arturo había conseguido lo que siempre quiso: ser despedido con una sonrisa en los labios de sus seres queridos.
Thursday, February 04, 2010
Microrelato: El cojín rojo

Adela despertó incómoda. Notaba una dureza debajo de su espalda. El colchón, pensó, ya se ha estropeado. Desde que China se ha convertido en la fábrica del mundo, la calidad de todos los productos se ha reducido y sigue reduciéndose. Estamos en la economía del despilfarro: lo compro, lo uso, lo tiro, lo vuelvo a comprar...
Se incorporó. No se atrevía a buscar el muelle suelto del colchón flex. Otro gasto. Se llevó las manos a la cabeza en un intento inútil de paliar el dolor de cabeza que le causaba un gasto extraordinario en su precaria situación económica. ¿Cómo iba a comprar un colchón nuevo? Con manos temblorosas ordenó sus desenmarañadas greñas rubias. Después, rebuscó el muelle salido y lo encontró.
Era un original cojín rojo con manos de tela que pedían un abrazo. En una cara tenía un post in.
Te quiero.
Adela sonrió. Su marido nunca olvidaba el día de San Valentín.
Wednesday, January 27, 2010
¿La verdad? ¿Qué es la verdad?
Me llama mucho la atención lo propensa que es la gente a creer todo lo que lee en Internet. Escribes una poesía inspirándote en otra persona y creen a pies juntillas que estás escribiendo una vivencia tuya. ¡Por Dios! Yo soy una trovadora. Mi vida no daría para tanta poesía como he escrito y sigo escribiendo. Además mi vida no es muy interesante. A los escritores, también a los aficionados, nos gustan las vidas ajenas que son para nosotros inalcanzables. Tenemos mucho de actores. yo si estuviera contenta con mi vida, si fuera feliz, seguro que no escribiría ni la lista de la compra. Me iría de compras a golpe de capricho, sin mirar los precios y sin calcular la cantidad a gastar. Eso sí que es la felicidad: tener dinero para ser libre, porque no nos engañemos, la libertad sin dinero es como la comida sin sal. No sabe a nada. Bueno, sí; sabe a desesperación. En Internet es facilísimo hacerse pasar por otra persona, por un personaje. Siempre encuentras crédulos. Debe ser porque creen que eres como ellos: un espejo de sí mismos. |
Wednesday, January 20, 2010
Aquella Yolanda
Tendría que empezar escribiendo "querido diario" y acabar con una poesía triste, como son últimamente mis poesías, pero no me da la gana de hacerlo. Mis poesías ya las leen en otros blogs, uno de ellos con los comentarios abiertos, y lo de "querido diario" hasta a mí me suena cursi. Es bueno cambiar, hasta en personaje. Una persona que es siempre la misma aburre y se aburre de representar el mismo papel. Los cambios son la pimienta de la vida. A mí me gusta cambiar. Un día soy cascarrabias, otro día me dan ganas de abrirme las venas, otro ando de fiesta desde que me levanto, y no faltan tampoco los días en los que cambio según van pasando las horas como una tormenta que saluda la mañana y se va dejando un cielo libre de nubes. Así soy yo. ¿Yolanda? ¿Qué más da? Yo o Yolanda o la que inventa esto. No quiero hoy hablar de mis muchos inventos. Son muchísimos. Me invento y reinvento constantemente. |