1
Algunas veces pienso
en los niños que no fueron
niños
y me desespero.
Algunas veces no pienso
en los niños que no fueron
cunas
y casi me alegro.
Algunas veces, sólo algunas,
me veo cara de madre
cuando habla el espejo
desde mi boca pintada
tropezando con el baile
de mis pares de pendientes.
2
No quiero pensar y pienso
en los columpios que llegan
al cielo en sus intentos
de atrapar una nube
rosa sin color de nieve.
Podría yo columpiarme
con ellos, sólo con ellos,
abrazando en sus gritos
sus miedos con estos miedos.
Podría, pero no puedo.
¡Qué dolor decir no puedo!
No, yo no quiero pensarlo.
Prefiero olvidar mi pena.
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