El mundo ha cambiado, sigue cambiando y seguirá cambiando. Es la conclusión a la que llegas tras leer el ensayo La edad virtual de Marcelo López Cambronero, un libro que no te dice nada que no sepas. Su autor, simplemente, se limita a ordenar tus reflexiones con las suyas.
todos sabemos que las nuevas generaciones tienen una vida hiperconectada. Son personas que han nacido con Internet inventada. A diferencia de nosotros, no han vivido un mundo que iba cambiando con la aparición de ordenadores, teléfonos móviles, teléfonos más inteligentes, Internet, Redes sociales...
Puesto a filosofar a este hombre se le va un poco la olla y empieza a hablarnos en su libro de los cambios que se producen en nuestras ciudades. Las familiares nucleares que habían marchado a vivir a urbanizaciones de chalés, regresan, muchas de ellas divorciadas, y van ocupando los pisos de barrios como Chueca en Madrid, El Cabañal en Valencia y el Rabat en Barcelona. Se encarece los precios de los pisos en las grandes ciudades. Es la centrifugación. Casi te vienen ganas de llorar. Los ricos les sacan las casas a los pobres en virtud de la ley del libre mercado. Oferta y demanda se alían contra los menesterosos.
No le falta razón a este hombre que escribió La edad virtual. Pero una cosa es que ocurra la centrifugación en las ciudades y otra cosa es que te lo cuenten con pelos y señales en un texto. Yo tuve que aparcar el libro varias veces. Me entraba la pena y no podía seguir leyendo los augurios de Marcel López sobre el mundo que viene. Añoré la vida de mis abuelos.
Me pareció un libro muy filosófico. Se nota que el autor es profesor de Historia de la Filosofía. El libro está bien escrito. Nada tiene que ver con esos ensayos inaccesibles para la comprensión del gran público. La edad virtual de Marcel López Cambronero es un libro que podría leer una suegra sin problemas para alcanzar la última página pese a su escasa cultura.
Os lo recomiendo pese a la tristeza que emana de sus páginas. El mundo es así. Pero también lo podría tomar mejor este hombre. Si el mundo cambia, vamos a adaptarnos a los cambios y dejar de añorar un mundo menos tecnológico. Capítulo a capítulo notas la añoranza de su autor. Es la desventaja que le encuentro.
Señalaría también el acierto de la portada. Me gusta. Esa mujer mirando el mundo a través de unos prismáticos es una imagen que resume muy bien el contenido del libro. El mundo que viene hay que mirarlo con detenimiento porque ya está ahí, ya estamos en la edad virtual.
todos sabemos que las nuevas generaciones tienen una vida hiperconectada. Son personas que han nacido con Internet inventada. A diferencia de nosotros, no han vivido un mundo que iba cambiando con la aparición de ordenadores, teléfonos móviles, teléfonos más inteligentes, Internet, Redes sociales...
Puesto a filosofar a este hombre se le va un poco la olla y empieza a hablarnos en su libro de los cambios que se producen en nuestras ciudades. Las familiares nucleares que habían marchado a vivir a urbanizaciones de chalés, regresan, muchas de ellas divorciadas, y van ocupando los pisos de barrios como Chueca en Madrid, El Cabañal en Valencia y el Rabat en Barcelona. Se encarece los precios de los pisos en las grandes ciudades. Es la centrifugación. Casi te vienen ganas de llorar. Los ricos les sacan las casas a los pobres en virtud de la ley del libre mercado. Oferta y demanda se alían contra los menesterosos.
No le falta razón a este hombre que escribió La edad virtual. Pero una cosa es que ocurra la centrifugación en las ciudades y otra cosa es que te lo cuenten con pelos y señales en un texto. Yo tuve que aparcar el libro varias veces. Me entraba la pena y no podía seguir leyendo los augurios de Marcel López sobre el mundo que viene. Añoré la vida de mis abuelos.
Me pareció un libro muy filosófico. Se nota que el autor es profesor de Historia de la Filosofía. El libro está bien escrito. Nada tiene que ver con esos ensayos inaccesibles para la comprensión del gran público. La edad virtual de Marcel López Cambronero es un libro que podría leer una suegra sin problemas para alcanzar la última página pese a su escasa cultura.
Os lo recomiendo pese a la tristeza que emana de sus páginas. El mundo es así. Pero también lo podría tomar mejor este hombre. Si el mundo cambia, vamos a adaptarnos a los cambios y dejar de añorar un mundo menos tecnológico. Capítulo a capítulo notas la añoranza de su autor. Es la desventaja que le encuentro.
Señalaría también el acierto de la portada. Me gusta. Esa mujer mirando el mundo a través de unos prismáticos es una imagen que resume muy bien el contenido del libro. El mundo que viene hay que mirarlo con detenimiento porque ya está ahí, ya estamos en la edad virtual.
