Querido diario:
Yolanda Smith. Suena bien el nombre de la poeta. Le gusta y me gusta.
Es la escritora Smith sobre todo poeta. La poesía es como la Fe, un Don de mágico que te concede Dios sin pedírselo. Yolanda Smith mira una postal y te hace un poema, piensa en su muso y es capaz de escribir poesía tras poesía hasta agotar todo el papel del universo. Tiene la poeta mucho de trovadora.
Yolanda tiene poco de mi aún siendo yo ella. Yolanda Smith es feliz con un folio y un bolígrafo. No espera nada. Yo tampoco porque no creo en la gente, desconfío del ser humano. Pero yo tengo el cabreo encendido en una barricada de pataleo rabioso que sólo se calma cuando sale de mi la poeta, cuando soy la escritora Smith, cuando soy Yolanda Smith.
El jardín ha dejado equivocada
florecilla cuidada con esmero
perdiendo sus raíces en la selva
buscando refugio entre setas.
Allí no encuentra delicadezas
la florecilla sufre en silencio
entre maleza que espina pétalos
y agua tórrida sin regadera.
Regresa en lágrimas dolorosas
a la familia floral de invernadero
un pañuelo materno la consuela
acariciando pétalos con pétalos.
La solución es que regreses
dejando raíces en los recuerdos
reniega de la selva que muerde
tu delicada piel de flor princesa.
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