La encrucijada del roble de Elizabeth Crook es una novela que te va enganchando hasta llegar al final de sus 296 páginas y quedar con ganas de leer más. Hubiera podido estirarse la historia por lo menos cien páginas. Yo me quedé con la sensación de que la autora tenía prisa por terminar lo que estaba contando con cierta rapidez.
La novela empieza narrándonos el ataque de una pantera a una familia. Los supervivientes son Samantha y Benjamín. Samantha lleva en su rostro las señales del ataque y en su alma el rencor, la sed de venganza. Así se inicia una aventura narrada por el joven Benjamín en la que Samantha centra su existencia en dar caza al animal salvaje para vengar la muerte de su madre. Empiezan a seguir las huellas de la pantera. A su búsqueda se suman un forajido texano y un predicador atormentado. Son un grupo de perdedores variopintos. No falta en la trama la violencia humana encarnada en un violento soldado confederado.
Os recomiendo la novela. Está dentro de la línea de un western clásico. Vamos viendo según avanzamos en su lectura una doble cacería. También vemos mucho odio. No hay sitio para el perdón. La venganza es la protagonista de la trama. También lo es la justicia. A lo largo de la novela se suceden las cartas de Benjamín con el juez que lleva el caso de una matanza que hizo el soldado confederado y de la que el joven fue testigo. Hay, pues, dos persecuciones: una al soldado y otra a la pantera. La vida da un doble giro con el paso de los años. No les queda otra alternativa casi porque la pantera ha vuelto a hacer acto de presencia en las tierras de los dos hermanos huérfanos. A la muerte de la madre de Sam en el ataque de la pantera se suma la posterior muerte del padre. Ha llegado, pues, la hora de que Sam haga justicia llevando a la práctica su sed de venganza en contra de la pantera que acabó en su día con la vida de su progenitora. Lo malo es que llevan detrás al soldado contra el que declaró Benjamín. Pasarás miedo leyendo el libro, pero no te aburrirás. Por eso te recomiendo su lectura.
La novela empieza narrándonos el ataque de una pantera a una familia. Los supervivientes son Samantha y Benjamín. Samantha lleva en su rostro las señales del ataque y en su alma el rencor, la sed de venganza. Así se inicia una aventura narrada por el joven Benjamín en la que Samantha centra su existencia en dar caza al animal salvaje para vengar la muerte de su madre. Empiezan a seguir las huellas de la pantera. A su búsqueda se suman un forajido texano y un predicador atormentado. Son un grupo de perdedores variopintos. No falta en la trama la violencia humana encarnada en un violento soldado confederado.
Os recomiendo la novela. Está dentro de la línea de un western clásico. Vamos viendo según avanzamos en su lectura una doble cacería. También vemos mucho odio. No hay sitio para el perdón. La venganza es la protagonista de la trama. También lo es la justicia. A lo largo de la novela se suceden las cartas de Benjamín con el juez que lleva el caso de una matanza que hizo el soldado confederado y de la que el joven fue testigo. Hay, pues, dos persecuciones: una al soldado y otra a la pantera. La vida da un doble giro con el paso de los años. No les queda otra alternativa casi porque la pantera ha vuelto a hacer acto de presencia en las tierras de los dos hermanos huérfanos. A la muerte de la madre de Sam en el ataque de la pantera se suma la posterior muerte del padre. Ha llegado, pues, la hora de que Sam haga justicia llevando a la práctica su sed de venganza en contra de la pantera que acabó en su día con la vida de su progenitora. Lo malo es que llevan detrás al soldado contra el que declaró Benjamín. Pasarás miedo leyendo el libro, pero no te aburrirás. Por eso te recomiendo su lectura.
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