Gamberro y caballero de Miguel Lago es el libro del cómico gallego que se viste con traje de vendedor de El Corte Inglés. No pienses encontrar una sucesión de chistes más o menos conocidos. Este hombre nos habla de sus peripecias personales caseras con ese humor que tan bien domina de manera elegante.
Se acuerda de su madre contándonos una anécdota en la que su progenitora está enfadada. Una madre enfadada no la olvidas. Te horroriza. No importa que seas mayor, que estés casado y que tengas hijos. Una madre es una madre y enfadada siempre mete miedo a los hijos. Hablando de hijos Miguel Lago descubre la dificultad de ponerle un pañal a un bebé. Los bebés llegan sin manual de instrucciones. Tampoco hay manual de instrucciones para darse de baja en una compañía telefónica. Una situación por la que mucha gente ha pasado con la misma dificultad que nos relata el autor en su libro. Menos mal que le queda el karaoke para intentar relajarse. ¿Relajarse? El karaoke da para varias páginas en el libro, un libro con el que no paras de reír.
Os lo recomiendo. Este libro está muy pegado a la realidad. Madres, hijos, karaokes, compañías telefónicas, actividades extraescolares de los niños, fútbol... son temas de nuestro día a día contados desde el día a día de este cómico famoso que va por los teatros de España levantando aplausos. Los merece.
Gamberro y caballero de Miguel Lago tiene una portada interesante. No me extraña que se esté vendiendo tan bien. La foto del cómico sobre un fondo verde chillón alegre invita a echarle la mano, correr a la caja de la librería y pagar los 17 euros que cuesta en edición papel. También puedes comprarlo online, por supuesto. Pero comprar libros en las librerías tiene su aquel. Quedas como una de las últimas intelectuales a la vieja usanza. Además, el librero siempre te pone una cara u otra según el libro que le compras. Cuando compré el libro de Miguel Lago el librero me preguntó si era fan de este famoso cómico gallego. Lo soy, le contesté. No le dije que yo también soy bastante cómica.
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 | La gente está en todo. Han inventado una aplicación que te lleva a las viejas costumbres gracias a la modernidad olvidadas. Sí, me refiero a las costumbres que había en los vecindarios de ir a pedir sal, azúcar, harina, un poquito de café o unos limones al vecino. newyorkchic1.blogspot.com |
