La montaña viva de Nan Shepherd son las memorias poéticas de una montañista que recorrió a pie la cadena montañosa de los Cairngorms. No esperes encontrar cuando tomes este libro en tus manos un relato realista propio de un documental. Esta escritora escocesa opta por la prosa poética para narrarnos sus experiencias subiendo y bajando montañas durante años.
No es una escritora actual. Nan vivió entre los años 1893 y 1981. La montaña viva es un libro que escribe a finales de la Segunda Guerra Mundial. Lo deja en un cajón y no lo publica hasta que pasan varias décadas. No es un libro muy conocido. El éxito en libros sobre la montaña se lo llevaron los hombres. Nombres como los de Bruce Chatwin y Patrick Leigh Fermor son los que llevaron los honores de la literatura sobre las montañas. Estos autores contaban sus experiencias desde un punto de vista muy realista. No quiero decir que Nan no sea realista. Todo lo que cuenta lo vivió. Pero lo cuenta de manera distinta. Nos habla, por ejemplo, del agua como un misterio profundo que le da miedo. Hablar de miedo no entraba en la cabeza de los hombres. Siempre somos las mujeres las que confesamos los miedos sin rubor.
Nan es ella misma. Te das cuenta según vas avanzando en la lectura del libro. Nos cuenta que duerme al raso, que pasea a cualquier hora. Es una mujer libre. Es la mujer que deberíamos ser todas las mujeres. Nan va a la montaña a visitarla, a estar con ella. Es como si fuera a ver a su mejor amiga, a esa amiga que te escucha y que no te hace reproches. Cada visita a la montaña es diferente para ella, ve nuevas cosas, siente cosas distintas.
La montaña viva de Nan Shepherd es un libro muy intimista. Os lo recomiendo. Lo que más me gustó de este libro de memorias de esta alpinista escocesa es su amor a la libertad, tan bien reflejado a lo largo de las páginas. La montaña viva de Nan Shepherd es un libro de sensaciones. Te cuenta sensaciones y, esa narración en primera persona te hace casi tener necesidad de vivirlas, aunque no seas una aficionada a la montaña.
No es una escritora actual. Nan vivió entre los años 1893 y 1981. La montaña viva es un libro que escribe a finales de la Segunda Guerra Mundial. Lo deja en un cajón y no lo publica hasta que pasan varias décadas. No es un libro muy conocido. El éxito en libros sobre la montaña se lo llevaron los hombres. Nombres como los de Bruce Chatwin y Patrick Leigh Fermor son los que llevaron los honores de la literatura sobre las montañas. Estos autores contaban sus experiencias desde un punto de vista muy realista. No quiero decir que Nan no sea realista. Todo lo que cuenta lo vivió. Pero lo cuenta de manera distinta. Nos habla, por ejemplo, del agua como un misterio profundo que le da miedo. Hablar de miedo no entraba en la cabeza de los hombres. Siempre somos las mujeres las que confesamos los miedos sin rubor.
Nan es ella misma. Te das cuenta según vas avanzando en la lectura del libro. Nos cuenta que duerme al raso, que pasea a cualquier hora. Es una mujer libre. Es la mujer que deberíamos ser todas las mujeres. Nan va a la montaña a visitarla, a estar con ella. Es como si fuera a ver a su mejor amiga, a esa amiga que te escucha y que no te hace reproches. Cada visita a la montaña es diferente para ella, ve nuevas cosas, siente cosas distintas.
La montaña viva de Nan Shepherd es un libro muy intimista. Os lo recomiendo. Lo que más me gustó de este libro de memorias de esta alpinista escocesa es su amor a la libertad, tan bien reflejado a lo largo de las páginas. La montaña viva de Nan Shepherd es un libro de sensaciones. Te cuenta sensaciones y, esa narración en primera persona te hace casi tener necesidad de vivirlas, aunque no seas una aficionada a la montaña.
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