Lo malo es que la realidad es otra. No dudo en que Sergio Fernández se esté forrando con su trabajo de coach convencedor de incautos. Pero donde haya un trabajo fijo que nos quiten estos inventos del emprendimiento. Además, jefes siempre vas a tener. ¿Qué son sino los clientes? Pasas de tener un jefe a tener múltiples jefes porque jefes son esos clientes potenciales y/o reales que determinan tu cifra de ventas.
Sergio Fernández nos dice en su libro que hay que trabajar en lo que te gusta. Estoy de acuerdo. Trabajar en lo que no te gusta es horrible. También nos dice que no hay que trabajar por dinero. Esto se podría hacer si viviéramos de mana caído del Cielo celestial. Menos mal, te consuelas, que nos dice el autor de este exitoso libro que sólo un 15% de los emprendedores tiene su negocio abierto a los cinco años. Más de la mitad tienen que bajar la persiana el primer año que inician su actividad empresarial. Cuando lees estos datos casi pisas acera. Pero dejas de pisar el suelo cuando te da alas con el se puede si se quiere. Para acabar de convencerte va enumerando una serie de errores que cometen los emprendedores primerizos. ¿Y si aún evitando esos errores tan comunes fracasas? No te preocupes, nos dice Sergio Fernández, de los fracasos se aprende. Tú debes seguir intentándolo. Es algo así, digo yo, como el que intenta todos los días que le toque la lotería. Lo único que consigue es pagar con sus boletos no premiados los premios que se llevan otros y la ganancia de las Loterías del Estado.
Os recomiendo el libro. Vivir sin jefe de Sergio Fernández es una buena lectura para momentos depresivos. Te crees capaz de todo según vas leyendo. Sergio es un crack a la hora de convencer a los indecisos. Lo malo es que la realidad nos dice que sólo unos poquitos triunfan como emprendedores. Debes, pues, agarrar un trabajito fijo y dejar los juegos del emprendimiento para afortunados como el bueno de Sergio.
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Ver Tenerife desde sus plantaciones de plátanos es descubrir una isla muy distinta a la isla de fiestas y desenfreno que conocía yo. Fui con mi marido recorriendo las plantaciones porque mi chico quería hacer negocios de plátanos. modadebarrio.blogspot.com |