Para tener casa hay que ganar la guerra de Joan Margarit son las memorias de un poeta catalán contadas por él mismo en un libro de prosa exacta que no parece de un poeta. Joan Margarit tiene capacidad para contar sus recuerdos infantiles y menos infantiles y nos lo demuestra en este libro que está en muchas librería a vender por 13,25 euros. No vende caras sus memorias.
Joan Margarit nació en plena guerra civil. Hasta la postguerra nos lleva en este libro de memorias infantiles y juveniles. Nos habla de un padre que no quería ir a la guerra. Acaba yendo por mucho que le echa harina al cabello para parecer anciano. Es difícil engañar al ejército. Pero Margarit padre acaba consiguiendo hacer efectivo su engaño una vez que está en el frente. Les dice a los mandos que es experto en explotar puentes y se les escapa.
No es esta parte la más interesante del libro. A mí me interesó más la parte en la que Joan Margarit se pone cotilla y empieza a contarnos la vida de sus vecinos. Así sabemos que compartió barrio con la futura Carmen Thyssen, entonces una joven Carmen Cervera, con el editor Lara y con el autor de Los cipreses creen en dios. Estaba predestinado este hombre a ser medianamente famoso. Todo se pega y la fama de sus vecinos se le acabaría pegando.
No faltan dramas en su libro. Nos habla de aquella hermana que se le muere jovencita. Y no quedan ahí las penas de la familia. También hay disputas y enfados hasta el punto de que su padre no asiste a su boda. Un drama.
Os recomiendo el libro tanto si conoces al poeta catalán como si no lo conoces. Joan Margarit es un hombre simpático. Me gustan sus poesías. Su prosa no está a la altura de su poesía, pero te engancha. Lo cuenta todo como una cotilla de barrio. Lo que dice de la baronesa Thyssen es un reclamo total para que la gente compre este libro. A Joan Margarit no lo conocerá el público poco culto, pero a la baronesa la conocen hasta en las aldeas más remotas de este país nuestro.
El título del libro se explica por esa guerra civil que marca la vida del autor. Los que tenían casa eran los que habían ganado la guerra según este señor poeta. Habría de todo. Los pobres eran cosa de los dos bandos. Joan Margarit era un niño decidido a tener casa. Por eso estudió arquitectura, pero lo suyo fue y es la poesía.
Joan Margarit nació en plena guerra civil. Hasta la postguerra nos lleva en este libro de memorias infantiles y juveniles. Nos habla de un padre que no quería ir a la guerra. Acaba yendo por mucho que le echa harina al cabello para parecer anciano. Es difícil engañar al ejército. Pero Margarit padre acaba consiguiendo hacer efectivo su engaño una vez que está en el frente. Les dice a los mandos que es experto en explotar puentes y se les escapa.
No es esta parte la más interesante del libro. A mí me interesó más la parte en la que Joan Margarit se pone cotilla y empieza a contarnos la vida de sus vecinos. Así sabemos que compartió barrio con la futura Carmen Thyssen, entonces una joven Carmen Cervera, con el editor Lara y con el autor de Los cipreses creen en dios. Estaba predestinado este hombre a ser medianamente famoso. Todo se pega y la fama de sus vecinos se le acabaría pegando.
No faltan dramas en su libro. Nos habla de aquella hermana que se le muere jovencita. Y no quedan ahí las penas de la familia. También hay disputas y enfados hasta el punto de que su padre no asiste a su boda. Un drama.
Os recomiendo el libro tanto si conoces al poeta catalán como si no lo conoces. Joan Margarit es un hombre simpático. Me gustan sus poesías. Su prosa no está a la altura de su poesía, pero te engancha. Lo cuenta todo como una cotilla de barrio. Lo que dice de la baronesa Thyssen es un reclamo total para que la gente compre este libro. A Joan Margarit no lo conocerá el público poco culto, pero a la baronesa la conocen hasta en las aldeas más remotas de este país nuestro.
El título del libro se explica por esa guerra civil que marca la vida del autor. Los que tenían casa eran los que habían ganado la guerra según este señor poeta. Habría de todo. Los pobres eran cosa de los dos bandos. Joan Margarit era un niño decidido a tener casa. Por eso estudió arquitectura, pero lo suyo fue y es la poesía.