Marta Rivera de la Cruz no es una escritora que me guste mucho. Ni me gusta como escribe ni me gusta ella como persona. Se da muchos aires porque le dan un montón de trabajo en los medios de comunicación de la derecha.
El último libro que ha publicado es La Boda de Kate, una novela en la que le da el protagonismo principal a una señora añosa que acaba casándose.
Es una novela llena de buenismos. Hay mucha amistad, mucho amor de aquella manera, mucha ternura ñoña.
La trama de la novela transcurre en una ciudad ficticia gallega que se llama Ribanova. Allí vive Kate, una mujer que tiene una librería que ha abierto gracias a la herencia que recibió en su día de su tío Albert Solomon.
Nada hace pensar que esta viuda de 71 años se vuelva a casar. Pero las cosas cambian para Kate cuando recibe un ramo de rosas amarillas de un antiguo compañero de estudios.
Como era previsible, las familias de los dos enamorados no están a favor de la boda. En medio de los preparativos del enlace, la autora nos va describiendo a los familiares de los novios.
Estamos, pues, ante una novela rosa que no anima mucho a su lectura por ser previsible. Ni siquiera Kate, la protagonista, tiene un pasado que te llame la atención. Su marido muerto era un buen hombre. La única maldad que aparece en la novela son los familiares interesándose en heredar la herencia de la librera.
El nuevo novio no ha tenido tanta felicidad. Ha fracasado dos veces. Después de esos dos divorcios que le han dejado dos hijos quiere volver a intentarlo con Kate, el amor de su juventud.
No os recomiendo ni os dejo de recomendar esta novela. Lo que no vale la pena es comprarla. A mí me la prestó mi hermana. Tenía pensado cogerla prestada en la biblioteca municipal porque por un libro de esta autora no pago un euro.
El último libro que ha publicado es La Boda de Kate, una novela en la que le da el protagonismo principal a una señora añosa que acaba casándose.
Es una novela llena de buenismos. Hay mucha amistad, mucho amor de aquella manera, mucha ternura ñoña.
La trama de la novela transcurre en una ciudad ficticia gallega que se llama Ribanova. Allí vive Kate, una mujer que tiene una librería que ha abierto gracias a la herencia que recibió en su día de su tío Albert Solomon.
Nada hace pensar que esta viuda de 71 años se vuelva a casar. Pero las cosas cambian para Kate cuando recibe un ramo de rosas amarillas de un antiguo compañero de estudios.
Como era previsible, las familias de los dos enamorados no están a favor de la boda. En medio de los preparativos del enlace, la autora nos va describiendo a los familiares de los novios.
Estamos, pues, ante una novela rosa que no anima mucho a su lectura por ser previsible. Ni siquiera Kate, la protagonista, tiene un pasado que te llame la atención. Su marido muerto era un buen hombre. La única maldad que aparece en la novela son los familiares interesándose en heredar la herencia de la librera.
El nuevo novio no ha tenido tanta felicidad. Ha fracasado dos veces. Después de esos dos divorcios que le han dejado dos hijos quiere volver a intentarlo con Kate, el amor de su juventud.
No os recomiendo ni os dejo de recomendar esta novela. Lo que no vale la pena es comprarla. A mí me la prestó mi hermana. Tenía pensado cogerla prestada en la biblioteca municipal porque por un libro de esta autora no pago un euro.
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