Querido diario:
La depresión es un bache en la carretera de la existencia. Vas a cincuenta por hora y, ¡plaf!, caes. ¿Cómo ha ocurrido si no estabas incumpliendo ninguna norma de tráfico vital? No hay respuesta. Has caído y punto.
Te levantas cuando pasa la tormenta por tu cabeza sin dejarte cita con fecha para una nueva visita. Sigues. No ha pasado nada distinto a otras veces. Sabes que volverá la señora Triste, pero quieres creer, y crees, que no vuelve.
¡Vaya si vuelve! La condenada Señora es una invitada sin invitación. Regresará un día cualquiera. Y marchará otra vez.
Ayer llegó, me hizo sufrir y se fue. Como siempre.
$$$$$$$$$
Endulzate con el turrón
y empalagame con tu dulzura.
Necesito emociones
fuertes los días
de mantel oro,
cubiertos plata,
vajilla de la abuela reluciendo
años en cada grieta familiar.
Necesito un abrazo distinto
a obligados abrazos de parientes.
Necesito andar en línea paralela
a tu sendero
y fijar la meta
en nuestro puerto.