Los primeros amores son inolvidables y puedes ser muchos porque una mujer que empieza a enamorarse en su adolescencia tiene mucho amor para ofrecer y para recibir. Nos pasó a muchas y le pasa a la protagonista de la novela Lo bueno del amor no correspondido de Becky Albertalli, un libro que leí de un tirón.
La portada está muy acorde con el contenido del libro. Sobre un fondo azul cielo sin estrellas coloca el título en una flecha negra remarcando las palabras bueno y amor en color rojo. El nombre de la autora está en letras blancas. Una carita emoticón con dientes de fastidio se utiliza para señalar que estamos ante amor no correspondido. ¡Que pena! piensas.
Lo mismo piensa la buena de Molly Peskin-Suso, una joven que lleva a sus espaldas 26 enamoramientos no correspondidos. Se enamora, ama y no la aman. Es horrible. Me sentí identificada. Así fui yo cuando inicié mi adolescente. Después aprendí y dejé de enamorarme. Molly insiste. Repite una y otra vez en su vida la historia de una chica que conoce a un chico, se enamora y acaban juntos. Ella quiere amor y él quiere sexo. Lo de siempre.
El libro engancha. Molly engancha. Es una perdedora con razones para ser perdedora: ante una hermana melliza perfecta y unas madres perfectas es imposible ganar. Todo se te pone de espaldas. Hasta tú misma te pones de espaldas a ti misma. ¿Cómo es Molly? te estarás preguntando. Pues es como te imaginas: una chica depresiva con la que te identificas porque las depresiones abundan. Casi todas estamos lejos de ser mujeres tan perfectas como la hermana melliza de Molly.
Os lo recomiendo. Yo lo he leído dos veces. No descarto seguir leyéndolo. El argumento se centra en el ultimo enamoramiento de esta adolescente de 17 años que protagoniza una trama con muchas notas de humor. El humor hace muy digeribles los libros.
La portada está muy acorde con el contenido del libro. Sobre un fondo azul cielo sin estrellas coloca el título en una flecha negra remarcando las palabras bueno y amor en color rojo. El nombre de la autora está en letras blancas. Una carita emoticón con dientes de fastidio se utiliza para señalar que estamos ante amor no correspondido. ¡Que pena! piensas.
Lo mismo piensa la buena de Molly Peskin-Suso, una joven que lleva a sus espaldas 26 enamoramientos no correspondidos. Se enamora, ama y no la aman. Es horrible. Me sentí identificada. Así fui yo cuando inicié mi adolescente. Después aprendí y dejé de enamorarme. Molly insiste. Repite una y otra vez en su vida la historia de una chica que conoce a un chico, se enamora y acaban juntos. Ella quiere amor y él quiere sexo. Lo de siempre.
El libro engancha. Molly engancha. Es una perdedora con razones para ser perdedora: ante una hermana melliza perfecta y unas madres perfectas es imposible ganar. Todo se te pone de espaldas. Hasta tú misma te pones de espaldas a ti misma. ¿Cómo es Molly? te estarás preguntando. Pues es como te imaginas: una chica depresiva con la que te identificas porque las depresiones abundan. Casi todas estamos lejos de ser mujeres tan perfectas como la hermana melliza de Molly.
Os lo recomiendo. Yo lo he leído dos veces. No descarto seguir leyéndolo. El argumento se centra en el ultimo enamoramiento de esta adolescente de 17 años que protagoniza una trama con muchas notas de humor. El humor hace muy digeribles los libros.
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