La autora de El jardín olvidado regresa a las librerías con novela titulada La hija del relojero, una novela que te invita a comprarla con su portada ilustrada con una fotografía de una mujer joven con cara de sufrimiento sereno. ¿Qué le habrá pasado a la hija del relojero? te preguntas.
Así fue como yo empecé a leer esta novela de 640 páginas editada por Suma de Letras y ambientada en Londres. La autora te lleva del año 2017 al siglo XIX y regresa del pasado nuevamente al presente en una alternancia de tiempos que se explica por los secretos del pasado que van a tener un papel importante en la vida de Elodie, una joven archivista con fecha de boda próxima. Lamentablemente, no será su padre quien la lleve al altar. Su progenitor, un violonchelista con cierta fama, ya ha fallecido.
Los planes de boda de Elodie se lían un poco. El azar hace que encuentre un cuaderno de bocetos de un pintor victoriano llamado Edward Radcliffe. Elodie los lee y queda a cuadros cuando reconoce en uno de estos cuadernos un cuento que le contaba su madre cuando era niña. Para liar todavía más las cosas encuentra la foto de una bella joven con un colgante al cuello. Elodie decide investigar. Mala decisión. Pero también decisión previsible en una novela que parece que ya has leído varias veces. Aún así continué con su lectura. No me iba a quedar sin saber qué descubría la protagonista en la mansión a orillas del Támesis a la que se traslada. Algo tuvo que ver, piensa la guapa Elodie, su madre con la joven de la foto.
La novela engancha con un culebrón de secretos del pasado. Algunos capítulos tienen un toque dickensiano. La novela se centra en la mansión, una casona llena de recuerdos. Hay mucha intriga. También hay mujeres fuertes y con gran personalidad como protagonistas. Kate Morten le da rienda suelta a su vena feminista. Hace bien.
No os recomiendo ni os dejo de recomendar La hija del relojero. Es una novela que lees y no te quedas con ganas de leer más ni de volverla a leer. No está a la altura de El jardín olvidado, la novela que hizo famosa a Kate Morton. Por eso nos recuerdan en la portada de esta nueva novela de la señora Morton que es la autora de El jardín olvidado. Los de marketing echan mano de todos los trucos para vender.
Así fue como yo empecé a leer esta novela de 640 páginas editada por Suma de Letras y ambientada en Londres. La autora te lleva del año 2017 al siglo XIX y regresa del pasado nuevamente al presente en una alternancia de tiempos que se explica por los secretos del pasado que van a tener un papel importante en la vida de Elodie, una joven archivista con fecha de boda próxima. Lamentablemente, no será su padre quien la lleve al altar. Su progenitor, un violonchelista con cierta fama, ya ha fallecido.
Los planes de boda de Elodie se lían un poco. El azar hace que encuentre un cuaderno de bocetos de un pintor victoriano llamado Edward Radcliffe. Elodie los lee y queda a cuadros cuando reconoce en uno de estos cuadernos un cuento que le contaba su madre cuando era niña. Para liar todavía más las cosas encuentra la foto de una bella joven con un colgante al cuello. Elodie decide investigar. Mala decisión. Pero también decisión previsible en una novela que parece que ya has leído varias veces. Aún así continué con su lectura. No me iba a quedar sin saber qué descubría la protagonista en la mansión a orillas del Támesis a la que se traslada. Algo tuvo que ver, piensa la guapa Elodie, su madre con la joven de la foto.
La novela engancha con un culebrón de secretos del pasado. Algunos capítulos tienen un toque dickensiano. La novela se centra en la mansión, una casona llena de recuerdos. Hay mucha intriga. También hay mujeres fuertes y con gran personalidad como protagonistas. Kate Morten le da rienda suelta a su vena feminista. Hace bien.
No os recomiendo ni os dejo de recomendar La hija del relojero. Es una novela que lees y no te quedas con ganas de leer más ni de volverla a leer. No está a la altura de El jardín olvidado, la novela que hizo famosa a Kate Morton. Por eso nos recuerdan en la portada de esta nueva novela de la señora Morton que es la autora de El jardín olvidado. Los de marketing echan mano de todos los trucos para vender.
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