Confesiones de un televendedor: los secretos mejor guardados de la venta telefónica en formato storytelling de Samuel Santiago es un libro que intenta hacernos más digerible un manual sobre venta telefónica. No lo consigue. La historia novelada de César Conde aburre y cansa. Me costó leer las 250 páginas que tiene.
Lo mejor del libro es el prólogo. Lo escribe Mónica Mendoza, conocida conferenciante sobre ventas. Mónica nos cuenta que ella misma fue televendedora en un call center cuando era estudiante. Tuvo que aguantar malas contestaciones, compañeros con los que era difícil trabajar y frustraciones cuando no alcanzaba sus objetivos de venta.
Lo mismo le sucede al protagonista del libro, pero, con la diferencia, de que César Conde es un niño bien que decide ser el mejor televendedor de la empresa. Quiere impresionar a una joven que lo ve como un fracasado pese al mucho dinero que tiene su familia.
El libro podría ser mejor si el autor se quitara de la cabeza un argumento de manual de telemarketing y dejara volar la historia de César Conde. Se encorseta tanto que caen en un relato que no crees. Le sobran diálogos. Necesitaba una narración que se creyera el propio Samuel Santiago. Difícilmente puede conseguir que los lectores creamos lo que él mismo no cree. El personaje no es creíble. Está entre el pijo rebelde y el pijo sumiso.
No os recomiendo el libro. Quitando el prólogo de Mónica, no tiene nada interesante. Los ilustradores se afanaron en hacerle una portada llamativa. Ves la portada y piensas que es un libro portador de los secretos que harán de ti la mejor televendedora del mundo. Nada nuevo bajo el sol.
En todo caso, los secretos de la televenta exitosa ya te los resume Mónica Mendoza en el prólogo del libro: conocimientos teóricos, práctica y psicología de la televenta. Se trata de que aprendas a controlar tu mente en situaciones de presión y frustración y de que enamores a los potenciales clientes a través del teléfono.
Lo mejor del libro es el prólogo. Lo escribe Mónica Mendoza, conocida conferenciante sobre ventas. Mónica nos cuenta que ella misma fue televendedora en un call center cuando era estudiante. Tuvo que aguantar malas contestaciones, compañeros con los que era difícil trabajar y frustraciones cuando no alcanzaba sus objetivos de venta.
Lo mismo le sucede al protagonista del libro, pero, con la diferencia, de que César Conde es un niño bien que decide ser el mejor televendedor de la empresa. Quiere impresionar a una joven que lo ve como un fracasado pese al mucho dinero que tiene su familia.
El libro podría ser mejor si el autor se quitara de la cabeza un argumento de manual de telemarketing y dejara volar la historia de César Conde. Se encorseta tanto que caen en un relato que no crees. Le sobran diálogos. Necesitaba una narración que se creyera el propio Samuel Santiago. Difícilmente puede conseguir que los lectores creamos lo que él mismo no cree. El personaje no es creíble. Está entre el pijo rebelde y el pijo sumiso.
No os recomiendo el libro. Quitando el prólogo de Mónica, no tiene nada interesante. Los ilustradores se afanaron en hacerle una portada llamativa. Ves la portada y piensas que es un libro portador de los secretos que harán de ti la mejor televendedora del mundo. Nada nuevo bajo el sol.
En todo caso, los secretos de la televenta exitosa ya te los resume Mónica Mendoza en el prólogo del libro: conocimientos teóricos, práctica y psicología de la televenta. Se trata de que aprendas a controlar tu mente en situaciones de presión y frustración y de que enamores a los potenciales clientes a través del teléfono.
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