Dejó suelto Dios
al macho ibérico
con los cuernos de toro
y el rabo en los dientes.
Yo lo encontré hoy
y casi tuve miedo
porque sus fauces eran
de lobo con tormento.
No te conozco, le dije,
y le cerré la puerta.
Espero que ese lobo
aúlle a otra oveja. ----------------------------
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