Miedo. Casi miedo
es lo que siento al escuchar
la voz del macho ibérico.
No es mi macho, pero es
el que me da miedo,
el hombre que viene
pisando el camino ajeno
y me exige lo mío
en un suyo robado.
No quiero tener miedo
y sé que no tendré
miedo si no quiero
tener este miedo
que hoy siento.