Tú, la que espía
mi trabajo
para pedir mi despido,
te digo: imbécil.
Hueles a asco
igual que las cloacas
donde tus primas las ratas
pasean los olores
peludos perfumados
por el subsuelo.
Me envenena
tu olor nauseabundo.
Aparta.
Voy a pedir
mi despido para respirar
lejos de ti
mis nadas.