Demonios familiares de Ana María Matute es una novela ambientada en la Guerra Civil española para no variar. Nos cuenta las peripecias de una novicia que egresa a su casa tras estallas la guerra.
En su casa está su padre, un anciano coronel muy estricto que vive con un mayordomo y una doncella. La novicia Eva retomará su antigua vida, sus antiguas amistades y no hay más que contar. La novela no engancha lo más mínimo. Yo la acabé porque me gusta dejar todos los libros leídos.
El personaje más interesante es el padre de Eva, un anciano que está en una silla de ruedas y e poco comunicativo. Te lo imaginas enseguida un hombre lleno de secretos.
No os la recomiendo. A mí me aburrió. No cuenta nada que resulte interesante a lo largo de sus 180 páginas. Supongo que se puede encuadrar en el género costumbrista a secas. De misterio poco tiene. Es una novela totalmente previsible.
La trama es creíble. No es nada novedoso que una novicia tenga que dejar su convento en plena guerra cuando hay una amenaza de quemar conventos. Tampoco es novedoso que regrese a la casa de su padre. Que retome sus antiguas amistades cae de cajón. También es creíble que la chica sea un poco tontita. Tiene razonamientos de niña que no quiere madurar.
Lo mejor es el principio porque te hace pensar que los siguientes capítulos tendrán algo de misterio, pero nada de nada. Es una novela plana, sin interés. La autora alterna dos narradores. Uno es la propia Eva y otro es una tercera persona.
En su casa está su padre, un anciano coronel muy estricto que vive con un mayordomo y una doncella. La novicia Eva retomará su antigua vida, sus antiguas amistades y no hay más que contar. La novela no engancha lo más mínimo. Yo la acabé porque me gusta dejar todos los libros leídos.
El personaje más interesante es el padre de Eva, un anciano que está en una silla de ruedas y e poco comunicativo. Te lo imaginas enseguida un hombre lleno de secretos.
No os la recomiendo. A mí me aburrió. No cuenta nada que resulte interesante a lo largo de sus 180 páginas. Supongo que se puede encuadrar en el género costumbrista a secas. De misterio poco tiene. Es una novela totalmente previsible.
La trama es creíble. No es nada novedoso que una novicia tenga que dejar su convento en plena guerra cuando hay una amenaza de quemar conventos. Tampoco es novedoso que regrese a la casa de su padre. Que retome sus antiguas amistades cae de cajón. También es creíble que la chica sea un poco tontita. Tiene razonamientos de niña que no quiere madurar.
Lo mejor es el principio porque te hace pensar que los siguientes capítulos tendrán algo de misterio, pero nada de nada. Es una novela plana, sin interés. La autora alterna dos narradores. Uno es la propia Eva y otro es una tercera persona.