Dicen que soy la Princesa,
la niña intocable,
una inocente.
Digo que soy la más mala
de un paraíso
donde reinó Eva.
Puedo ser una Princesa rosa
o la escritora de las amarguras,
una Eva que vende una estafa
o la poeta solidaria en versos.
No sé si quiero ser
la mujer que imaginas
cuando juegas a ser fantasma
en mi Palacio entre jardines.
Prefiero ser la mujer que elije
el disfraz fuera del carnaval
para sacar un yo distinto
fuera del disfraz de mi realidad.
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