He soñado con montañas,
grandes prados, verdes setos,
con un jardín exclusivo,
con un ático en Marbella.
Un chófer de limusina
me decía sí, mi jefa.
Subía hasta las nubes
subida a altos hierros
y llegaba a la terraza
donde florecía un huerto
que olía a frambuesas.
Allí alcanzaba el sueño.
Allí todo era cierto.