Mi vida es un cementerio
con flores quemadas
por la luna que muere
en brazos de las olas.
Huele mi cuerpo a cera,
una vela me llora
y las lágrimas secas
se agrupan en mi tumba.
Una enredadera escala
las letras de mi nombre
poniendo hojas secas.
Lejos muy lejos queda
aquel yo que soñaba
flores en primavera.