Diario:
Otra vez sin ordenador. Hay que dejar sitio libre. Lo de siempre: los pobres fuera y los ricos dentro. Yo tengo derecho a un ordenador y si no puedo comprarlo es por culpa de los cabrones que me quitan lo mío. Los odio. Odio a la Humanidad entera.
Estoy hasta el culo de este país de mierda, en el que los ricos tienen todos los derechos del mundo y los pobres no tenemos ni derecho a existir. Siempre sobras, siempre estás de más. Hasta en casa te miran mal. Ellos esperaban una hija que los sacara de pobres, no esta tonta que los ha metido más en la pobreza.
Me odio a mí misma. ¿Por qué haciendo lo mismo que los que triunfan yo fracaso? Es la injusticia de la vida. Dios premia a los más cabrones. ¿Dios? Sí, el destino o como quieras llamarlo. Miras qué negocio funciona en un barrio y encuentras al frente del mostrador al cabrón más grande, al peor ladrón.
Estoy harta, cansada de todo y de todos. Esta vida mía no vale la pena. ¿Por qué sigo aquí? Porque quiero venganza. Porque quiero vengarme a mí manera de todos los que me están jodiendo. Aún puedo hacerlo. Todavía no he dicho la última palabra.