Una cuestión de alcohol de Juan Bas es una novela que se podría resumir en delirios de un borracho. El protagonista es un sesentón sobrado de alcohol en sangre. Va por las calles del casco viejo de Bilbao delirando. Recuerda el pasado y se lo cuenta a una mujer que conoció el día que se desbordó la ría.
Es una novela triste. Este hombre no tiene futuro ni pasado. El presente es la autodestrucción. El pasado es la frustración de no haber conseguido nada. A los doce años ha empezado a emborracharse. Des su pasado rescata a esa mujer misteriosa que apareció el día que se desbordó la Ría. No hay nadie más. El resto son personajes literarios. Habla mucho este señor borracho de libros, sobre todo de los libros que tienen el alcohol de protagonista. También le gustan las películas.
Juan Bas sabe entristecernos con la vida de un tipo solitario, alcohólico y derrotado. Te preguntas si todos los hombres en situación de calle son así. Me costó acabar la novela. La dejaba aparcada en mi mesilla de noche una y otra vez. Leer tristezas no anima a continuar leyendo. No, yo no os recomiendo este libro. Juan Bas debe escribir algo más alegre para que merezca ser recomendado. Pura tristeza es Una cuestión de alcohol.
Ni siquiera los toques de humor negro salvan el libro. Cuando parece que te vas a reír vuelves a tener ganas de llorar. Menos mal que los capítulos son breves. La brevedad de los capítulos ayuda a acabar de leer el libro.
La novela mejoraría si Bárbara apareciera al final para darle un beso y ser felices comiendo perdices. No hay suerte. Los pobres que agarran la tristeza no levantan cabeza. Hay que ser feliz aun siendo pobre.
No le regalaría Una cuestión de alcohol a ninguna amiga o amigo. Tal vez se la regalaría a un enemigo. Entristece mucho. No es una lectura agradable.
Es una novela triste. Este hombre no tiene futuro ni pasado. El presente es la autodestrucción. El pasado es la frustración de no haber conseguido nada. A los doce años ha empezado a emborracharse. Des su pasado rescata a esa mujer misteriosa que apareció el día que se desbordó la Ría. No hay nadie más. El resto son personajes literarios. Habla mucho este señor borracho de libros, sobre todo de los libros que tienen el alcohol de protagonista. También le gustan las películas.
Juan Bas sabe entristecernos con la vida de un tipo solitario, alcohólico y derrotado. Te preguntas si todos los hombres en situación de calle son así. Me costó acabar la novela. La dejaba aparcada en mi mesilla de noche una y otra vez. Leer tristezas no anima a continuar leyendo. No, yo no os recomiendo este libro. Juan Bas debe escribir algo más alegre para que merezca ser recomendado. Pura tristeza es Una cuestión de alcohol.
Ni siquiera los toques de humor negro salvan el libro. Cuando parece que te vas a reír vuelves a tener ganas de llorar. Menos mal que los capítulos son breves. La brevedad de los capítulos ayuda a acabar de leer el libro.
La novela mejoraría si Bárbara apareciera al final para darle un beso y ser felices comiendo perdices. No hay suerte. Los pobres que agarran la tristeza no levantan cabeza. Hay que ser feliz aun siendo pobre.
No le regalaría Una cuestión de alcohol a ninguna amiga o amigo. Tal vez se la regalaría a un enemigo. Entristece mucho. No es una lectura agradable.
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