Una mujer, un voto de Alicia Palmer y Montse Mazorriaga es un cómic sobre la lucha por el derecho al voto de las mujeres. Habría que decir novela gráfica para contentar a las autoras, pero yo digo cómic. No hay motivo para cambiar denominaciones.
Me hubiera sido más digerible en formato novela. Los dibujitos del cómic cansan. Sólo seguí leyendo porque me interesaba el tema de la lucha por el derecho al voto femenino. Alicia hace un buen guion. También es la encargada de aportar fotos para que su compañera de proyecto se inspire a la hora de hacer los dibujos de las viñetas.
Una mujer, un voto es una novela con un argumento interesante. Las cigarreras de Embajadores son las grandes protagonistas. Juan March, el banquero visita su fábrica de tabacos. El señor March dirigía una tabacalera en Marruecos. March es uno de los hombres poderosos en aquella España que negaban el derecho al voto a las mujeres.
Clara Campoamor daba la cara en el Congreso, pero había mujeres que la apoyaban fuera de las Cortes Generales. En la novela descubrimos las mujeres alcaldesas de la Dictadura de Primo de Rivera. Se puede casi decir que había mujeres que no lo pasaban tan mal. Clara es profesora en la Escuela de Adultas. Esta escuela la conectaba con la calle, con las mujeres a las que defendía. No sólo defendía el derecho al voto de las mujeres. También luchaba por la abolición de la prostitución, el reconocimiento de los hijos fuera del matrimonio. Los diálogos de la novela son trepidantes. Vuelvo a decirlo: lástima que no sea una novela de texto. Tanto comic, tanto dibujito, marea.
No le falta a esta novela gráfica que os recomiendo un epílogo. Las autoras nos recuerdan que Clara Campoamor murió en el exilio. Intentó regresar a España varias veces. No fue posible. Afortunadamente, ha pasado a la Historia de este país. Las mujeres de hoy debemos estarle muy agradecidas. Yo siento una gran gratitud hacia su persona.
Me hubiera sido más digerible en formato novela. Los dibujitos del cómic cansan. Sólo seguí leyendo porque me interesaba el tema de la lucha por el derecho al voto femenino. Alicia hace un buen guion. También es la encargada de aportar fotos para que su compañera de proyecto se inspire a la hora de hacer los dibujos de las viñetas.
Una mujer, un voto es una novela con un argumento interesante. Las cigarreras de Embajadores son las grandes protagonistas. Juan March, el banquero visita su fábrica de tabacos. El señor March dirigía una tabacalera en Marruecos. March es uno de los hombres poderosos en aquella España que negaban el derecho al voto a las mujeres.
Clara Campoamor daba la cara en el Congreso, pero había mujeres que la apoyaban fuera de las Cortes Generales. En la novela descubrimos las mujeres alcaldesas de la Dictadura de Primo de Rivera. Se puede casi decir que había mujeres que no lo pasaban tan mal. Clara es profesora en la Escuela de Adultas. Esta escuela la conectaba con la calle, con las mujeres a las que defendía. No sólo defendía el derecho al voto de las mujeres. También luchaba por la abolición de la prostitución, el reconocimiento de los hijos fuera del matrimonio. Los diálogos de la novela son trepidantes. Vuelvo a decirlo: lástima que no sea una novela de texto. Tanto comic, tanto dibujito, marea.
No le falta a esta novela gráfica que os recomiendo un epílogo. Las autoras nos recuerdan que Clara Campoamor murió en el exilio. Intentó regresar a España varias veces. No fue posible. Afortunadamente, ha pasado a la Historia de este país. Las mujeres de hoy debemos estarle muy agradecidas. Yo siento una gran gratitud hacia su persona.
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