Ganarse la vida de David Trueba es un pequeño ensayo sobre su propia vida. Nació el pequeño de los hermanos Trueba en una familia de diez hijos. No eran ricos. Corrían los años setenta y ochenta cuando David nació y creció entre una madre demasiado protectora y unos hermanos que le contaban sus sufrimientos en el colegio.
La madre decide que el niño pequeño no vaya a la escuela. No quería que le pegaran los profesores. En los años setenta era común que a profesores y profesoras se les fuera la mano para golpear al alumnado, un tema del que no se habla. David nos cuenta estas historias con un toque de humor.
Pocas páginas tiene este pequeño libro. Lo lees de un tirón. El joven cineasta ha resumida mucho sus recuerdos, haciendo más un relato periodístico que una autobiografía de una infancia feliz. La pobreza nunca quitó la felicidad en la casa de David. Se le nota que tiene un alto concepto sobre la institución familiar.
El padre tenía 53 años cuando nació él. Era un hombre mayor que su esposa, la madre de los diez hijos. Como bien dice el escritor, en aquella casa vivían cuatro generaciones. Eran mucha gente para un humilde piso, pero se organizaban bien. Por ejemplo, hacían cola para usar el cuarto de baño, reciclaban la ropa de unos para otros, estiraban la comida. Nada nuevo bajo el sol. David Trueba y sus hermanos no tuvieron una vida distinta a la de la mayoría de los españoles que nacieron en los años setenta. Los padres y las madres todavía tenían muchos hijos.
Os recomiendo el libro. Se lee rápido y es ameno, pese a no tener nada de original. Una espera cuando echa mano a una autobiografía encontrar un escándalo o algo que se salta de lo normal. En Ganarse la vida de David Trueba no hay nada escandaloso.
La madre decide que el niño pequeño no vaya a la escuela. No quería que le pegaran los profesores. En los años setenta era común que a profesores y profesoras se les fuera la mano para golpear al alumnado, un tema del que no se habla. David nos cuenta estas historias con un toque de humor.
Pocas páginas tiene este pequeño libro. Lo lees de un tirón. El joven cineasta ha resumida mucho sus recuerdos, haciendo más un relato periodístico que una autobiografía de una infancia feliz. La pobreza nunca quitó la felicidad en la casa de David. Se le nota que tiene un alto concepto sobre la institución familiar.
El padre tenía 53 años cuando nació él. Era un hombre mayor que su esposa, la madre de los diez hijos. Como bien dice el escritor, en aquella casa vivían cuatro generaciones. Eran mucha gente para un humilde piso, pero se organizaban bien. Por ejemplo, hacían cola para usar el cuarto de baño, reciclaban la ropa de unos para otros, estiraban la comida. Nada nuevo bajo el sol. David Trueba y sus hermanos no tuvieron una vida distinta a la de la mayoría de los españoles que nacieron en los años setenta. Los padres y las madres todavía tenían muchos hijos.
Os recomiendo el libro. Se lee rápido y es ameno, pese a no tener nada de original. Una espera cuando echa mano a una autobiografía encontrar un escándalo o algo que se salta de lo normal. En Ganarse la vida de David Trueba no hay nada escandaloso.