Calificar El orden del día de Eric Vuillard como una novela histórica es equivocarse de género, pero así la clasifican en las librerías. Para mí no es más que un libro de Historia con algún diálogo entre personajes históricos que ya han pasado al olvido casi todos de la población general.
El libro está escrito a partir de una escueta documentación a la que el autor le echa bastante imaginación para relatarnos hechos que sucedieron o que él supone que sucedieron entre personajes como Hitler y los menos conocidos políticos del momento.
En febrero de 1933, nos dice el autor en este libro totalmente prescindible, tiene lugar una reunión de empresarios alemanes con el malvado Hitler. Deciden donar dinero a la causa. A partir de esa reunión, con dinero en el bolsillo, Hitler decide invadir Austria.
El autor intenta buscar calidad literaria con frases poéticas que descolocan al lector. Entre frases poéticas relata situaciones novelescas entre personajes históricos que fueron altos dirigentes de los países europeos que se liaron en una guerra conocida por todos como la Segunda Guerra Mundial.
Llegas a la conclusión de que el poder económico se adapta a cualquier ideología para no perder su influencia. Tanto le da un Hitler como un Premio Nobel de la Paz. Lo suyo es la pasta. Este libro te deja con un mal sabor de boca. Otro motivo para no recomendarlo. Tal vez sea algo recomendable para los estudiantes de Economía. Está bien que empiecen a conocer como funciona la cabeza de los dirigentes mundiales por si un día son grandes empresarios, con poder económico suficiente para financiar guerras y hacer morir a los hijos de los pobres. Los hijos de los ricos nunca van a las guerras.
A mí no me gustó El orden del día de Eric Vuillard, un libro que es una traducción al español y que en otros países ha tenido cierto éxito.
El libro está escrito a partir de una escueta documentación a la que el autor le echa bastante imaginación para relatarnos hechos que sucedieron o que él supone que sucedieron entre personajes como Hitler y los menos conocidos políticos del momento.
En febrero de 1933, nos dice el autor en este libro totalmente prescindible, tiene lugar una reunión de empresarios alemanes con el malvado Hitler. Deciden donar dinero a la causa. A partir de esa reunión, con dinero en el bolsillo, Hitler decide invadir Austria.
El autor intenta buscar calidad literaria con frases poéticas que descolocan al lector. Entre frases poéticas relata situaciones novelescas entre personajes históricos que fueron altos dirigentes de los países europeos que se liaron en una guerra conocida por todos como la Segunda Guerra Mundial.
Llegas a la conclusión de que el poder económico se adapta a cualquier ideología para no perder su influencia. Tanto le da un Hitler como un Premio Nobel de la Paz. Lo suyo es la pasta. Este libro te deja con un mal sabor de boca. Otro motivo para no recomendarlo. Tal vez sea algo recomendable para los estudiantes de Economía. Está bien que empiecen a conocer como funciona la cabeza de los dirigentes mundiales por si un día son grandes empresarios, con poder económico suficiente para financiar guerras y hacer morir a los hijos de los pobres. Los hijos de los ricos nunca van a las guerras.
A mí no me gustó El orden del día de Eric Vuillard, un libro que es una traducción al español y que en otros países ha tenido cierto éxito.