Ayer le tocó la lotería de los Relatos en Cadena de la Cadena Ser a una tal María Pampanas. La chica lloraba como la Magdalena de Jesucristo, pero tanta lágrima no le impidió dar el titular de la edición de este año de esos premios más trucados que una escopeta de feria: era su primer relato. La chica nos salió lista.
Estuvieron una hora hablando y promocionando a la Escuela de Escritores. Aburría escuchar tanta loa. Más aburrían los relatos leídos por segunda vez porque eran malos a más no poder. Malos y tristes. Ganó el peor, por supuesto. El relatos de María Pampas es como para leerlo y llorar tanto como lloró su autora cuando se vio con el cheque de 6000 euros en la mano.
Estuvieron una hora hablando y promocionando a la Escuela de Escritores. Aburría escuchar tanta loa. Más aburrían los relatos leídos por segunda vez porque eran malos a más no poder. Malos y tristes. Ganó el peor, por supuesto. El relatos de María Pampas es como para leerlo y llorar tanto como lloró su autora cuando se vio con el cheque de 6000 euros en la mano.
Por supuesto, no la felicito. Yolanda Smith sólo felicita a los genios y esa María Pampanas escribe como pintan los niños de las guarderías. Tal vez por eso recibe premios literarios. En esta España nuestra suelen premiar a los mediocres.