El Cuaderno de Maya de Isabel Allende es un libro escrito en forma de diario que yo leí de un tirón. No es que sea una novela perfecta, pero es amena y entretenida para cuando no tienes una lectura mejor entre las manos.
Nos muestra el mundo de una chica joven que ve como cambia su vida a raíz de la muerte de su abuelo. Desde entonces Maya se vuelve rebelde. Tan rebelde que caerá en las redes del alcohol y de la droga.
Es una novela juvenil muy realista. Es justo ese realismo lo que me enganchó. Le coges cariño enseguida a Maya.
Las 448 páginas de este libro se me hicieron cortas. Es una novela llena de dolor y de esperanza. Sabes que si Maya está escribiendo lo que escribe es porque lo ha superado.
El lenguaje que emplea la escritora es muy chileno. Está lleno de expresiones de español chileno que le dan a la novela todavía mayor realismo. Lo que choca un poco es que una joven estadounidense hable así. Maya vuelve a vivir a un pueblo chileno donde todos se conocen y saludan. Los vecinos se ayudan unos a otro intercambiando favores. Allende lo describe muy bien.
Me gustó como nos habla de Chiloé, esta pequeña localidad chilena de sólo 300 habitantes. Yo conozco pueblos parecidos de Chile.
Tan interesante me pareció el pasado de Maya como su presente en el pueblo. La relación que tiene con Manuel, el dueño de la casa es interesante. Manuel es un solitario que acabará encariñándose con Maya.
Os recomiendo esta novela.
Nos muestra el mundo de una chica joven que ve como cambia su vida a raíz de la muerte de su abuelo. Desde entonces Maya se vuelve rebelde. Tan rebelde que caerá en las redes del alcohol y de la droga.
Es una novela juvenil muy realista. Es justo ese realismo lo que me enganchó. Le coges cariño enseguida a Maya.
Las 448 páginas de este libro se me hicieron cortas. Es una novela llena de dolor y de esperanza. Sabes que si Maya está escribiendo lo que escribe es porque lo ha superado.
El lenguaje que emplea la escritora es muy chileno. Está lleno de expresiones de español chileno que le dan a la novela todavía mayor realismo. Lo que choca un poco es que una joven estadounidense hable así. Maya vuelve a vivir a un pueblo chileno donde todos se conocen y saludan. Los vecinos se ayudan unos a otro intercambiando favores. Allende lo describe muy bien.
Me gustó como nos habla de Chiloé, esta pequeña localidad chilena de sólo 300 habitantes. Yo conozco pueblos parecidos de Chile.
Tan interesante me pareció el pasado de Maya como su presente en el pueblo. La relación que tiene con Manuel, el dueño de la casa es interesante. Manuel es un solitario que acabará encariñándose con Maya.
Os recomiendo esta novela.