Entran en mi tienda
la ira y el viento
en un matrimonio
entre brisa y genio.
El frío me viste
con tela de nieve
ciñendo mis huesos
los hilos de hielo.
La ira le pone
acento a mis cejas
dejando los surcos
gritando un verso.
Frío es lo que siento,
ira mi respuesta;
un volcán de fuego
me arde en los dedos.
No os necesito,
tengo alimento:
el odio que siento
por los que me roban
hasta el aliento.
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